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Alquimia deportiva

Para evitar años inciertos como los pasados, es más importante tener una plantilla teóricamente más “mediocre” que otra de ricachones

Publicado: 29/07/2019 ·
12:22
· Actualizado: 29/07/2019 · 12:22
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Autor

José Bueno

José Bueno es aficionado al Recreativo:

Desde la red

Análisis sobre la actualidad de todo lo que acontece al Decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva

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Mucho se ha hablado de la pasada temporada, de lo bien que se hizo confeccionando la plantilla y de lo mal que se ha hecho para mantenerla, estando en el medio de los dos polos Óscar Carazo. Pero para mí, eso ya es pasado. No hay que darle más vueltas y nuestro encargado ahora es Zamora y con él y sus aciertos vamos a ir. Hay una cosa que me parece muy buena de la nueva dirección deportiva del club, y es que la economía hay que respetarla al máximo. Endeudarse no sirve para nada, y menos en esta categoría cuyo índice de acierto (ascender) es tan bajo. Así que para evitar años inciertos como los pasados, es más importante tener una plantilla teóricamente más “mediocre” que otra de ricachones que pueden desestabilizar al club en todos los aspectos. Pero otra verdad innegable es que el presupuesto ha descendido, y eso se debe a dos motivos: a que hubo exceso la pasada temporada (punto en contra) y a que el mejor fichaje no es delantero ni defensa, se llama pagarle a Hacienda, que es la que te “mata”.

Visto eso, hablemos de intenciones. Zamora, con ayuda de Monteagudo (y no sé si Zambrano, de verdad que no lo sé), han tirado por hacer juegos malabares. Aunque quedan piezas codiciadas en la plantilla (el delantero, típico), se ha preferido hacer un mix de edades importantes: jugadores jóvenes (obligados por la categoría) y veteranos, que ya los echábamos de menos. Nauzet, Morcillo o Nano entran dentro de una fórmula en la que hay canteranos que han ascendido como Ponce y Nené o apuestas por Cera, Quezada y el bético Irizo. Para condensarlo, está el término medio: Los Quiles, Barroso, Carlos Martínez, Carlos Fernández o Diego Jiménez, que ya saben de qué va a esto, de cómo se vive aquí el fútbol.

Sin aventurarme demasiado, porque la competición dictará sentencia, a mí me parece buena idea esa versatilidad de experiencia: los jóvenes aprietan para llegar al fútbol profesional y abrirse un hueco, y los más veteranos ponen esa experiencia necesaria que tanto nos faltó en los playoffs. Dentro de la alquimia que hace la dirección deportiva (o secretaría técnica, llamadlo como queráis) lo más importante es que Alberto Monteagudo consiga hacer un equipo conjuntado. Y evidentemente, si queremos mirar hacia arriba, que haya algunos que sean los jugadores con clase. El recién fichaje Quique Rivero puede ser uno de ellos, pero falta pólvora y algunas posiciones que cumplimentar.

En definitiva este es el sueño de todos los veranos, el que nos hace felices mientras las derrotas no se acumulan. O el que nos da una alegría tremenda a base de victorias. Ojala lo segundo.

 

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