Ayamonte repite con la cadencia de cualquier partitura, exposición tras exposición. Autores locales y foráneos, sin distinción alguna, entremezclan sus trabajos en las paredes acondicionadas de una sala oficial o de un espacio transformado en sala ocasional. Sus ciclos se repiten, son constantes, en algunas ocasiones de mayores silencios que en otras, pero siempre se repiten.
Galería Passage ha dado paso a una nueva colección, colorista y personal. La sala de las tinajas del centro cultural Casa Grande se ha cubierto de mariscadores de la mano de Carlos Varcárcel y la coqueta ermita de San Sebastián se abre a la inquietud, a la constancia y a la serenidad de los años.
Dicha ermita silenciosa mucho tiempo, se convierte en aglutinadora de experiencias distintas, pero que juntas dan una visión de la pintura del mismo modo que desde sus exteriores se ofrece esa desembocadura del Guadiana que abraza sin complejos a los pueblos que la acompañan. Una muestra colectiva que repite, pero con distintos autores. Una colección que no deja indiferente a nadie. Una obra que habla por sí sola.
Se trata de una iniciativa de la Asociación Juvenil El Solá de la Villa, formada por un grupo de jóvenes que lucha por sus tradiciones y costumbres, y por fomentar la cultura en su ciudad
Cuatro son los pintores. Cuatro sus maneras de ver e interpretar. Y como cuatro esquinas, una salida a la plaza central de la pintura ayamontina donde lo nuevo y lo maduro van de la mano, donde la pincelada corta y la densa se cruzan y donde los sentimientos de estos hombres forman la esencia de esta colectiva.
Andrés Moreno se recrea en las calles por las que camina. Calles que le son cercanas y que le embrujan. Paco Rodríguez es realista de mañana y abstracto de tarde, pero siempre definiendo el dibujo. Dani Franco se ha llevado todo el azul del mundo y lo ha convertido en música. Y el querido Ángel Guerrero ha sublimado la luz en el paisaje de su Ayamonte, de su barrio de la Villa.
Cuatro formas de entender y hacer pintura, que estarán al alcance de cualquiera mirada hasta el próximo día 31 de julio, en horario de tarde y de lunes a domingo.
Una iniciativa que se repite en la ermita de San Sebastián y que la convierte en centro de la pintura hasta que vuelva a las calles ayamotinas el sorprendente ‘paseo por el arte’, en agosto.
