Provincia de Cádiz

Alerta ante el abuso de las nuevas tecnologías

El responsable de Proyecto Hombre advierte de que sufriremos las consecuencias del uso excesivo durante el encierro en los próximos meses

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  • Los consumos de internet han alcanzado registros históricos en marzo y en abril. -

En marzo, los españoles, solo adultos, navegaron casi tres horas en la red, un récord histórico, según Barlovento Comunicación en un informe realizado con datos de Comscore. Pero abril pulverizó estos registros, anotando 3 horas y 14 por persona. Mayo, con el inicio de la desescalada, rebajó la cifra a algo más de dos horas y media; sin embargo, en términos interanuales, el consumo se disparó un 21%.

Este abuso de las nuevas tecnologías durante el estado de alarma pasará factura. El responsable provincial de Proyecto Hombre, Luis Bononato, no tiene duda. “Lo que vemos ahora mismo no es lo que está ocurriendo, es solo la punta del iceberg”, advierte, y asegura que “las consecuencias del confinamiento se sufrirán en los próximos meses”.

Es lo habitual con cualquier tipo de adicción. La dependencia de las nuevas tecnologías irrumpió a principio de siglo. “El primer caso que atendimos fue en 2002”, rememora, por un uso compulsivo del servicio de mensajes cortos SMS por el móvil. Hoy, la organización cuenta con una veintena de usuarios.

La mayoría de ellos, por una utilización descontrolada de videojuegos y redes sociales. También por ludopatía. En este sentido, la Dirección General de Ordenación del Juego requirió a los distintos operadores de telecomunicaciones el cierre o la interrumpción de forma indefinida del servicio de 414 dominios en abril y mayo para poner coto al juego online.

Los menores, a partir de 12 años incluso, son las principales víctimas de este tipo de adicciones. Proyecto Hombre trabaja en labores de prevención universal, con talleres en centros educativos que los propios centros o las asociaciones de padres y madres demandan desde hace tres años, y cuentan con un programa específico de atención individual cuya edad media de los jóvenes es de 18 años.

“La implicación de la familia es clave”, apunta. “Los padres y las madres deben asumir la responsabilidad de educar en un uso responsable , recuperar la autoridad si la han perdido y mantenerla”, añade.

Porque la adicción a las nuevas tecnologías puede provocar episodios de violencia intrafamiliar por el simple hecho de desconectar un dispositivo.

Antes de llegar a todo eso, hay que estar pendiente de las señales que alertan el problema. Entre ellas, Bononato señala la dedicación del tiempo libre a los dispositivos electrónicos en detrimento de otras actividades que realizara hasta el momento como el estudio, la familia o salir con amigos. También un bajo rendimiento escolar o el sedentarismo son indicios de que se está haciendo un mal uso de las nuevas tecnologías y, finalmente, agresividad ante cualquier intento de control.

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