Coronavirus

“Para mí lo más duro ha sido desde que desperté en la UCI”

Josefa, de 67 años, se convirtió el 8-M en el primer caso de coronavirus en el Hospital de Jerez. Tras volver a casa narra a Viva Jerez su batalla de 47 días

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  • Pepi con los sanitarios cuando recibió el alta en la UCI. -
  • Apenas recuerda nada, ni del día que ingresó, ni de la semana anterior que estuvo ya con fiebre. "No sabía ni lo que tenía, me encontraba mal"

Josefa S.R. fue la primera  persona que dio positivo en coronavirus en el Hospital de Jerez, hasta donde fue trasladaba muy grave en ambulancia el pasado 8 de marzo con un cuadro bilateral de neumonía, propio de esta enfermedad, y otras patologías respiratorias. Estaba muy mal, los médicos no contaban con ella, pero a esta vecina de Jerez de 67 años, que apenas tiene recuerdos de ese fatídico domingo, jamás se le hubiera pasado por la cabeza la batalla que iba a tener que lidiar contra el Covid-19.

Cuando vi a mi marido en la habitación le dije que me abriera las persianas, que me había llevado mucho tiempo a oscuras”

Ella sí puede contarlo. Ha vencido después de 47 días hospitalizada, la mayor parte de ellos en la UCI, custodiada por un personal sanitario que en todo ese tiempo se ha convertido en su familia -la llamaban la paciente estrella-, pero para reconstruir su victoria necesita que los suyos y los médicos le pongan en antecedentes, pues para Josefa su lucha comenzó cuando recuperó la consciencia tras semanas sedada y conectada a respiradores. “Para mí lo más duro ha sido desde que desperté, porque mientras estaba dormida no me enteraba de nada. Habré estado muy mal, los médicos no contaban conmigo, pero lo peor ha sido cuando desperté. Los médicos nada más que me decían que ya yo estaba bien, que yo era la enferma estrella, y yo les decía: pues ahora es cuando no estoy bien”, relata a este periódico al otro lado del teléfono.  

 Ya hace más de una semana que está en casa y desde entonces se encuentra “bastante mejor”. La recuperación será larga, tendrá que seguir una rehabilitación, pero empieza a ver la luz que tanto demandó a su marido cuando pudo reencontrarse con él en la habitación. “Cuando lo vi le dije que me abriera las persianas, que yo viera claridad, que me había llevado mucho tiempo a oscuras”, detalla. Esa claridad que por día vislumbra mejor empezó a apagarse a principios de marzo, cuando empezó a tener malestar.

“La verdad es que yo no sentí nada, el domingo -una semana antes de su ingreso- sí me encontraba un poco mal, estábamos en una comida y le dije a mi marido que nos fuéramos, pero ya a partir de ahí no me acuerdo de nada. No sabía ni lo que tenía; yo me encontraba mal y ya está. No supe si era gripe, si era resfriado...nada”. Desde ese día estuvo toda la semana mala en casa con fiebre. No se le bajaba, hasta que el 8 de marzo su estado empeoró. Lo poco que de lo que puede hablar de ese día y de esa semana es lo que le cuenta su esposo. “No me acuerdo de nada, ni de que había tenido fiebre todos esos días. Ya no podía aguantar más y él se asustó y llamó al 061”.

Tras explicarle los síntomas, le dijeron que se fueran directamente para Urgencias. Llegó al hospital en ambulancia y casi inconsciente. Estaba muy mal. Faltaba menos de una semana para que el Gobierno decretara el estado de alarma, pero para Josefa y los suyos la palabra coronavirus sonaba aún muy lejana. Fue ya una vez ingresada y en una conversación con la familia, cuando los médicos ataron cabos y localizaron el foco de contagio después de que su hermana recordara el viaje que había hecho la paciente a Madrid el 23 de febrero. Acudieron hasta la capital por cuestiones médicas y todo apunta a que fue en ese desplazamiento donde el matrimonio se contagió, aunque su marido no ha tenido que ser hospitalizado y sólo estuvo en cuarentena en casa.  

La paciente ‘estrella’

Pero no todo ha sido doloroso en esta cruzada. Josefa guarda en su retina momentos emocionantes: el de su traslado a planta el 16 de abril, después de cinco semanas en la UCI, y cuando abandonó el hospital apenas nueve días después. Los sanitarios, esos héroes que le han acompañado en su recuperación, le hicieron un pasillo y le aplaudieron. “Me emocioné...que todos salieran en la UCI, que te aplaudieran...Los médicos se han portado muy, muy bien, yo no tengo queja de ninguno. El que estaba en contacto con mi hijo, entraba bailando en mi habitación y me decía: ¡Ay mi Pepi; Ay mi Pepi, que es mi enferma estrella!”. Entre esos aplausos del personal, llamándola campeona, la paciente 0 de Jerez cruzaba por fin la mirada con su marido y sus hijos. “Antes no los había visto. Me emocioné mucho”, señala.

Aún no ha pensado qué es lo primero que hará cuando pueda salir, porque “tampoco lo veo ni para hoy ni para mañana”, pero está segura de que a medida que vaya poniéndose mejor “me irán entrando ganas de salir y de pasear”. Ha vuelto a nacer.  

¿Cómo reaccionó cuando le dijeron que el suyo era el primer caso confirmado de coronavirus en el Hospital de Jerez? “Ni me chocó, ni no me chocó; al principio no era yo. Aunque estaba despierta, tampoco estaba muy consciente, eran más los dolores, la inmovilidad que sentía”, señala. Ahora ya está a salvo. 

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