El concepto que se tiene de los partidos políticos es la ilusión de muchos en beneficio de unos pocos, y eso es precisamente lo que ha ocurrido en el PSOE de Andalucía con el juicio de los EREs. Han sido miles de socialistas los que se han beneficiado del mayor escándalo de corrupción de nuestra democracia, pero han sido muchos más los que se han visto perjudicado por esa trama bien orquestada y organizada por presidentes, consejeros y altos cargos del Parlamento andaluz. Hemos podido contemplar en las primera páginas de todos los periódicos del país.
Los 700 millones malversados, de momento, que no están en los bolsillos de los condenados, naturalmente, porque han servido para comprar votos que los han mantenido durante tantos años en el poder. Han servido para que los hermanos del ex presidente Chaves montaran sus negocios, para que sus hijos recibieran subvenciones en las empresas que dirigía, para que alcaldes socialistas y amiguetes recibieran un despido de empresas en las que nunca habían trabajado para que familiares que estén cobrando pensiones que no les corresponde y una larga lista de estómagos agradecidos mantenido por esa banda de chaqueta y corbata, que cambiaron el trabuco por la pluma para robarnos a todos los andaluces.
Un verdadero saqueo del que solo conocemos oficialmente una parte pero que se verá incrementado en cantidades insospechadas cuando se empiece los casi 150 juicios en el que se encuentran acusados más de 500 personas.
Mientras tanto, el presidente en funciones, el plagiador de la tesis doctoral, y todo su equipo guardan silencio alegando que los ex presidentes Chaves y Griñán ya no eran militantes del partido.
Se les debería caer la cara de vergüenza como nos pasa a millones de andaluces que sin comerlo ni beberlo estamos viendo con malos ojos por el resto del mundo.
Un silencio que el otro miembro del abrazo de la vergüenza, el coleta, también afirmado, aquel que era el azote del Congreso, cuando la Gürtel, tachando de ladrones a todos los miembros del Partido Popular pidiendo a Rajoy que presentara su dimisión. Vivir para ver.
Espero y deseo que la coalición entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no llegue a fraguar en beneficio de los españoles, quizás alguien tendría que decirle al plagiador de la tesis doctoral que la coalición es el arte de llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que te salgan callos aunque me temo que este es capaz de cortarselo, ponerse una prótesis con tal de seguir en La Moncloa.
Pero siguiendo con el tema de los EREs, me pregunto qué va a pasar con Susana Díaz, secretaria General del PSOE andaluz, y ahijada política de Griñán que la hizo presidenta del Parlamento. La venganza será mía está proclamando a los cuatro vientos el presidente en funciones, a pesar de que gracias a los socialistas andaluces está al frente del Gobierno. Y es que la condena de los EREs está haciendo mucho daño a Pedro Sánchez que quiere regerar el socialismo andaluz empezando por su cabeza visible.
Termino con una cita de Tierno Galván: “El poder es como un explosivo o se maneja con cuidado o te estalla”.
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