José Bretón, el padre condenado a 40 años de prisión por el asesinato de sus dos hijos, Ruth y José, el 8 de octubre de 2011 en la capital cordobesa, y que fue trasladado este sábado desde la cárcel de Alcolea, en Córdoba, a la cárcel de Villena, en Alicante, ha sido sancionado por Instituciones Penitenciarias a tres meses sin recibir paquetes tras pasarle su familia dinero entre la ropa.
Así lo han confirmado a Europa Press fuentes cercanas al caso, que detalla que el incidente tuvo lugar hace un mes en el Centro Penitenciario cordobés, y precisan que "es un asunto habitual en las cárceles", con los intentos de "las familias para infiltrar o pasar comida, dinero u otras cosas".
En cualquier caso, detallan que "nunca se puede sancionar a un externo de la prisión por estos hechos", sino que "se sanciona al preso", en este caso con "tres meses sin paquetes", al tiempo que aclaran que "no tiene nada que ver con el traslado" a la prisión de Villena, puesto que "se le ha trasladado por el tipo de delito" por el que está condenado, concretamente dos asesinatos, y "la pena de prisión" a la que se enfrenta, con 40 años, de modo que ahora se le aplica un régimen cerrado.
Cabe destacar que el Reglamento Penitenciario prohíbe en su artículo 301 recoge que queda prohibido a los internos el uso de dinero de curso legal, salvo en los establecimientos de régimen abierto o en situaciones excepcionales debidamente autorizadas por el centro directivo.
EL ATAQUE DEL CONDENADO
Entretanto, José Bretón ha remitido otra nueva carta a un medio de comunicación, en este caso al diario 'ABC', en la que insiste en las "dudas" del caso frente a la "falta de pruebas incriminatorias" y ataca con dureza a los jueces, jurado, policía y peritos, al tiempo que dice que ha llegado el momento de "desmontarlo todo".
En este sentido, el condenado por la Audiencia Provincial de Córdoba a 40 años de cárcel por el doble asesinato de sus hijos, del que se cumplen este martes dos años, señala que "nadie puede ser condenado sobre la base de la duda" y "a falta de pruebas incriminatorias", sólo con "indicios racionales y el sentido común, como habla Pedro Vela en su sentencia", agrega Bretón sobre el presidente del Tribunal del Jurado.
Bretón, sostiene en la misiva, con fecha del día 3 de agosto, que "más pronto que tarde" va a encontrar a sus hijos, a lo que añade que "hay mucha gente que no le interesa que mi Ruth y José aparezcan. Y cuando lo hagan, despreciarán a su madre, que es el mayor castigo que va a sufrir mientras viva".
Al respecto, reitera que los restos óseos hallados en la hoguera de la finca familiar de Las Quemadillas "son una invención, una falsedad", al tiempo que considera que "nadie se cree que el tribunal popular ha redactado el veredicto; tenían una idea clara en la cabeza, que José Bretón saliera condenado", y apunta que "tras el primer veredicto que hizo, me supongo que el juez dijo que esto me lo echan para atrás, y entonces el jurado recibió el oportuno asesoramiento".
También, sostiene que "el jurado cree a pies juntillas las mentiras que cuentan los numerosos testigos", y recuerda declaraciones diferentes en un mismo caso. En las seis páginas de su reflexión --a la que titula 'Confesiones y hechos reales', Bretón repite que es "totalmente falso" que la observación visual determine la naturaleza de los restos, y, a su juicio, "hay muchas formas científicas para demostrarlo", algo que, "cuesta dinero y yo no dispongo", asevera, para acusar a la Policía de manipularlos para que "no se pueda obtener ADN".
Sobre la perito forense de la Policía Josefina Lamas, opina que "sus informes hacen aguas por todas partes, aunque son hábilmente presentados por las partes"; pone el énfasis en las "grandes contradicciones" de la experta, apuntando que "en su primer informe dijo que lo hizo sin presión y con todos los medios que pidió, pero unas veces dice unas cosas y luego otras", apostilla. Le recuerda que lo mismo habla de "restos calcinados, carbonizados e incinerados" y "luego dice que en esa hoguera no se dan las condiciones para incinerar o calcinar cuerpos".
Respecto al juez instructor José Luis Rodríguez Lainz, Bretón insinúa que "estaba aportando pruebas falsas, a sabiendas de que son falsas, se lo dije en una ocasión, y yo creo que eso es prevaricar; lo peor y más grave que se le puede acusar a un juez".
En este sentido, le reprocha la supuesta inconsistencia de algunos indicios que el juez instructor manejó en su día y tras la vista oral: el análisis de las imágenes de las cámaras de la Ciudad de los Niños por el perito Vicente Peris o la presencia de un testigo en la mañana de autos junto a la finca paterna y que dijo ver a Bretón merodeando por allí con el coche de su hermana.
"Las imágenes de Peris rayan la incompetencia total. La falta de nitidez y la técnica empleada no sirven para nada. Fue vergonzoso cuando lo desmontó el colaborador de mi abogado; suscitó risa y en mí, indignación ver las mentiras y manipulaciones que es capaz de hacer la Policía para condenar a un inocente", indica el condenado.
Y sobre el experto del georradar Luis Avial, Bretón le achaca falta de rigor y contradicciones a la hora de declarar en el juicio sobre el efecto de las llamas de la hoguera sobre la posición que tenía la mesa metálica hallada, y que la sentencia dice que usó para incrementar el efecto horno crematorio sobre sus hijos. "Avial dice que la mesa metálica está en posición normal, por lo que el calor rebota en ella, pero mi abogado le recordó que estaba tumbada, con lo que la hoguera tiene salida", precisa.
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