La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a diez varones en Málaga y Córdoba como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas entre España y Francia. En la operación se han intervenido 22.370 kilos de resina de cannabis en Málaga, numerosos teléfonos móviles de última generación y los siete vehículos con los que contaba la organización delictiva de narcotraficantes.
En concreto, habían ocultado la droga en el interior de falsos tomates para dificultar su detección. De los diez detenidos ocho ya han ingresado en prisión provisional por mandato de la autoridad judicial. Se trata de la mayor cantidad de hachís incautada en una operación conjunta realizada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la provincia cordobesa.
Los detalles de la misma los han facilitado este viernes en rueda de prensa la subdelegada del Gobierno de España en Córdoba, Rafaela Valenzuela; el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Juan Carretero, y el comisario jefe provincial de la Policía Nacional, Carlos Serra.
La operación, denominada 'Califa Trucks' y que aún sigue abierta, se inició tras detectarse la existencia de una organización criminal, asentada en Córdoba y con operatividad en diferentes provincias, que estaban presuntamente dedicándose al tráfico de drogas entre España y Francia, principalmente.
Con el avance de la investigación y a raíz de la colaboración entre la Guardia Civil y la Policía Nacional en las provincias de Córdoba, Málaga y Cádiz, se ha identificado a los principales integrantes que conformaban la organización criminal que se dedicaba al tráfico de grandes cantidades de droga.
Esta organización estaba fuertemente arraigada en Córdoba, en cuya capital residía su líder que se valía de un círculo de confianza con el que conformaba los distintos niveles de la red criminal. Contaba con un escalón inmediatamente inferior que se encargaba de dirigir la logística necesaria para el funcionamiento de la organización.
Además, tenía a su cargo a otro vecino de la capital a cargo de las labores necesarias para el transporte de las sustancias estupefacientes, así como a otro colaborador que realizaba, principalmente, las labores de seguridad y custodia que le encomendaba la dirección de la red criminal.
Asimismo, la organización se servía de varias personas que, unas de forma más estable y otras de manera esporádica, realizaban las labores de mayor riesgo, como son la custodia, la seguridad y la carga y descarga del estupefaciente.
En el avance de la investigación, los agentes averiguaron que la organización criminal presentaba una compleja estructura, rica en recursos humanos, técnicos y materiales y con una fuerte capacidad económica.
Esto, unido a una amplia logística, oculta tras una aparente legalidad empresarial, dificultaba en gran medida el trabajo operativo y de análisis realizado sobre las distintas entidades que la conforman.
Para ello utilizaban personas de 'paja', sin otra responsabilidad que figurar como responsables de las empresas utilizadas para el alquiler y/o adquisición de vehículos, inmuebles, etc.
Así, el día 10 de enero, la organización pretendía distribuir un importante cargamento de droga, logrando detectar los agentes uno de los vehículos utilizados por los ahora detenidos en un polígono industrial de Mollina, localidad de la provincia de Málaga. Trasladaban varios palés de cajas que aparentemente contenían tomates a una furgoneta que una vez cargada emprendió la marcha.
Al interceptar la furgoneta, los investigadores comprobaron que transportaba en su interior 2.600 kilos de hachís distribuidos en varias cajas de falsos tomates. El conductor y único ocupante del vehículo fue detenido.
Ante esta intervención, y al sospechar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que en varias naves del polígono industrial de la localidad de Málaga donde se encontraban pudiera ocultarse una mayor cantidad de droga, las registraron y localizaron en su interior otros 19.700 kilos aproximadamente de resina de hachís.
La droga estaba oculta en 18 palés de grandes dimensiones que contenían bolas de hachís que simulaban ser tomates. Su venta habría supuesto entre 40 y 45 millones de euros. También fueron detenidas dos personas que trataron de esconderse bajo un camión.
Ante la aprehensión de estos dos alijos de resina de hachís, los agentes procedieron a la explotación de la operación, que se llevó a efecto los días 11 y 12 de enero, realizando de forma conjunta y simultánea cuatro registros en la provincia cordobesa, tanto en la capital, como en municipios.
Posteriormente, el líder de la organización y los principales integrantes de la misma fueron arrestados. La operación continuó con la detención, el día 17, de otras tres personas implicadas. Ocho de los detenidos son de nacionalidad española y los otros dos, de nacionalidad marroquí y búlgara. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.
Las diligencias las instruye el Juzgado de Instrucción número 8 de Córdoba, que determinará los distintos delitos que haya podido cometer la organización criminal, entre ellos la investigación por supuesta comisión de blanqueo de capitales.
La operación ha sido llevada a cabo desde Córdoba por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Policía Judicial de la Guardia Civil y el Grupo I de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional, junto con la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional de Fuengirola (Málaga) y de Barcelona y con el EDOA de la Guardia Civil de la Comandancia de Cádiz.
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