El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, presentó hoy a los integrantes del Gobierno con el que intentará sobrevivir los próximos cuatro años en un ambiente político que algunos analistas comparan con el que se vive en España.
Tras un primer mandato turbulento, que acabó con varios escándalos éticos que han dañado su imagen como político renovador, feminista y medioambientalista, y una victoria electoral por la mínima, Trudeau reforzó hoy su Gabinete con el nombramiento de Chrystia Freeland, la antigua titular de Asuntos Exteriores, como viceprimera ministra.
Es la primera vez en 13 años que Canadá tendrá un viceprimer ministro. La designación de Freeland, la ministra sobre la que recayeron entre 2015 y 2019 algunos de los asuntos más importantes del país, prueba que Trudeau es consciente de que tiene por delante una legislatura difícil.
Freeland, que dirigió la ardua negociación del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y México, conocido como T-MEC, también estará a cargo de las relaciones de Ottawa con Washington y será titular de la cartera de Asuntos Intergubernamentales.
En las elecciones del pasado 21 de octubre, los liberales de Trudeau se hicieron con 157 de los 338 escaños de la Cámara Baja del Parlamento, 20 menos que los que obtuvieron en 2015 y 13 menos de los necesarios para tener la mayoría parlamentaria.
Para sobrevivir durante los próximos cuatro años, Trudeau podría llegar a algún tipo de acuerdo con el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), que obtuvo 24 escaños en octubre, o lo que es menos probable, con el separatista Bloque Quebequés (BQ), que tiene 32 diputados.
También puede aprovechar que no parece que haya mucho apetito en los partidos de la oposición por nueva elecciones y gobernar alcanzado acuerdos puntuales con esas dos formaciones, o incluso, con el principal grupo de la oposición, el Partido Conservador que obtuvo 121 escaños.
El analista político Drew Fagan, profesor de la Escuela Munk de Asuntos Globales de la Universidad de Toronto, señaló a Efe que el primer ministro canadiense se ha decidido por esta última opción.
"A diferencia de su padre (Pierre Trudeau que también fue primer ministro del país y en 1972 gobernó gracias a un acuerdo con el NPD), Trudeau ha decidido gobernar sobre la base de temas puntuales", reflexionó el experto.
Fagan apuntó que uno de los puestos claves en el nuevo Gabinete es el de líder liberal en la Cámara de los Comunes, puesto que ha recaído sobre el único hispano del Gobierno, el argentino-canadiense Pablo Rodríguez.
"Es quien va a negociar con los otros partidos qué temas se tratarán en la Cámara Baja, negociará acuerdos. Es una posición clave", dijo Fagan.
El analista también anticipó que Trudeau se inclinará hacia la izquierda a la hora de adoptar políticas, "porque el socio obvio es el NPD. Es el partido que le puede permitir aprobar propuestas sobre todo en temas sociales, reformas fiscales con bajadas de impuestos para las rentas más bajas".
Fagan comparó la situación de Canadá y Trudeau con la de España y el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, quien ha llegado a un acuerdo para gobernar en coalición con el izquierdista Unidas Podemos (UP) tras las elecciones generales del 10 de noviembre.
Más allá de la necesidad de Trudeau y Sánchez de buscar el respaldo a la izquierda de sus partidos para poder gobernar durante los próximos años, Fagan destacó que ambos Gobiernos se enfrentan a tensiones regionales centrífugas.
En el caso de Canadá, Trudeau va a evitar requerir cualquier tipo de apoyo del BQ, en parte porque los liberales tradicionalmente han buscado asegurar la gobernabilidad del país obteniendo el máximo número posible de diputados por Quebec.
Además del tradicional separatismo quebequés, Trudeau se tendrá que enfrentar en esta legislatura a la alienación del oeste del país donde en la provincia de Alberta ha aparecido un creciente movimiento independentista.
"Los países federales con presiones regionales siempre se han estudiado los unos a los otros. Sé que Canadá ha observado a otros países y ha sido observada. España es uno de esos países. España se hace las mismas preguntas que Canadá sobre cuánto tiene que ceder un Gobierno federal", explicó Fagan.
"Con el tiempo, la idea de que la misma receta sirve para todas las regiones se ha desvanecido. El padre de Trudeau intentó un Gobierno que diese la misma respuesta para todos los canadienses. España tiene el mismo problema. Deberíamos estar hablando más entre nosotros para aprender de nuestras experiencias", continuó.
"De hecho, detrás del escenario, lo estamos haciendo", concluyó.
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