Las imágenes han dado la vuelta al mundo durante este verano, e incluso han sido portada de algún medio británico: los ataques a autobuses turísticos y a terrazas plagadas de visitantes, en Barcelona e Ibiza, respectivamente. También se han registrado episodios intimidatorios en San Sebastián. Circunstancias que han sido sobredimensionadas, al tiempo que nos han empujado a preguntarnos si podremos llegar a vivir situaciones semejantes en nuestra provincia.
Tanto la Junta de Andalucía, como representantes del sector turístico lo niegan. El propio consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández, defendía en Ondaluz TV, las políticas seguidas desde el ente autonómico para evitarlo. “Nuestra planificación turística está basada en la sostenibilidad, ya sea medioambiental, económica o social, de manera que ningún vecino se sienta turista en su propia ciudad, y eso es lo que hay que potenciar para evitar la turismofobia”.
Fernández recalca que los casos vividos este verano se han registrado en ciudades en las que se concentra masivamente el visitante sin que se haya medido el impacto del incremento del número de visitas; y pone de ejemplo el caso de los cruceros. En este sentido, Andalucía ha recibido entre todos sus puertos a lo largo del año a 900.000 cruceristas. “Sólo el puerto de Barcelona ha recibido 2,7 millones de cruceristas, y eso descompensa cualquier equilibrio posible”.
Desde Horeca, en todo caso, se critica que se le haya dado “más importancia de la que parece, como si eso ocurriera en todo el país”, expone Antonio de María, quien lamenta asimismo el eco de los hechos en la prensa internacional, “ya que es una mala imagen para el turismo español, y los ingleses se agarran a este tipo de problemas para lograr precios más bajos cuando llega la hora de negociar con los touroperadores”.
Antonio Arcas, por su parte, considera fundamental no olvidar el concepto de “carga turística”, que es la “capacidad que tiene el municipio o destino para aceptar visitantes sin alterar la convivencia”. En su opinión, hay ciudades en la provincia, caso de Conil o Chipiona, con una carga turística “preocupante”.
De María coincide con el caso de Conil, que “siempre está a tope”, pero pone como ejemplo a su vez el de Vejer, “que se ha incorporado también” a una alta atracción de visitantes, con iniciativas como la noche de las velas, que ha llevado a que el propio Ayuntamiento cierre los accesos al pueblo antes de que se llegue a la masificación. “Los vecinos es verdad que se encuentran ahí con esa situación nueva, pero lo aceptan porque es normal y por el paro que tenemos”.
El turismo de calidad, clave diferencial
Una de las claves para evitar posibles casos de turismofobia, pasa por la apuesta por el turismo de calidad, porque “nunca molestará a nadie”, subraya Antonio de María, “y ése lo tenemos”. Lo ponen de manifiesto los datos del gasto medio del turista que ha visitado la provincia durante este verano, que ha llegado a los 71 euros, por encima de la media de toda Andalucía, que se ha fijado en los 67 euros. Un aspecto en el que también ha entrado en juego el incremento de visitantes procedentes de otros países. Según datos de la Consejería de Turismo, este verano se ha registrado un incremento del 12% de turistas extranjeros con respecto al verano pasado.
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