La Cooperativa Las Virtudes, una de las organizaciones de productores más importantes de la provincia, cuenta con más de 500 socios y una facturación anual de 40 millones de euros. Fundada en 1963, se ha consolidado como un pilar económico en la región, bajo la presidencia de Bartolo Ramírez La cooperativa tiene más de 300 hectáreas de cultivo y genera más de 800 puestos de trabajo diariamente, impulsando, no solo la economía local, sino que también,promueve la sostenibilidad y la renovación generacional en el sector agrícola. Hablamos con su presidente.
Bartolo, felicidades por liderar una de las organizaciones de productores más grandes de la provincia. ¿Qué significa para ti ser presidente de la Cooperativa Las Virtudes?
Para mí, ser presidente de la Cooperativa Las Virtudes significa la confianza que muchos agricultores han depositado en mí y en el Consejo Rector. Es una gran satisfacción ver que la gente nos da y transmite su confianza.
¿Cuándo nació la Cooperativa Las Virtudes y cómo surgió la idea de crearla?
La cooperativa nació el 9 de febrero de 1963. Se creó para defender los intereses de los hortelanos y lograr que la compra de productos como patatas y abono fuera más económica. La cooperativa cuenta con 500 socios y una facturación anual de 40 millones de euros.
¿Cuál ha sido la clave del éxito y crecimiento de la cooperativa?
La clave del éxito ha sido el trabajo constante de nuestros socios y agricultores. Si no trabajas, no tienes éxito, a menos que te toque la primitiva, algo que ocurre muy pocas veces, jeje.
¿Qué objetivos principales se marca la cooperativa para los próximos años?
Que los agricultores y hortelanos puedan vivir con la máxima dignidad posible.
¿Cómo ha evolucionado la cooperativa desde sus inicios hasta convertirse en una de las más importantes de Andalucía?
Llevando a cabo política sensatas y trabajando todos los días.
¿Cómo es un día típico en la cooperativa?
No hay un día igual que otro. Puede que un día vendas un kilo de tomates a 30 céntimos y al siguiente a 50 o 80 céntimos. Aquí, la monotonía no existe.
¿Qué desafíos enfrenta actualmente la Cooperativa Las Virtudes?
Uno de los mayores desafíos es la administración, que nos quieren machacar. Nos impone muchísimos requisitos, normas y muchas inspecciones a lo largo del año.
¿Cuáles son los productos protagonistas en la huerta de Conil y qué los hace especiales?
El producto estrella es el tomate, que brilla como el sol. Luego, como en el cielo, tenemos otros productos destacados como la patata, las fresas, los puerros…, que serían como la Luna, Venus y otras estrellas que contribuyen a la diversidad y calidad de nuestra produción.
¿Cuál es la importancia de las subastas diarias?
La importancia es vender todo lo que hemos recolectado ese día, comenzando la subasta a las 16:30 de la tarde.
¿Y cómo impactan en la economía local y regional?
Impacta positivamente. Tenemos más de 80 mujeres trabajando de forma fija durante todo el año, además de muchos hombres. Esto ayuda a diversificar la economía. Con las más de 300 hectáreas de huerta, generamos más de 800 puestos de trabajo diarios, convirtiéndose en una fuente continua.
¿Cómo aseguran la calidad y frescura de las más de 70 variedades de verduras y hortalizas que producen?
Los productos que entran aquí son recién recolectados.
¿Podrías hablarnos de alguna iniciativa o proyecto reciente que haya sido especialmente significativo para la cooperativa?
Continuamente estamos invirtiendo, ya que no podemos quedarnos parados, porque "camarón que se duerme se lo lleva la corriente". Actualmente, tenemos un proyecto importante que esperamos resolver pronto: la ampliación de la nave central con una nave refrigerada. El objetivo es que cuando llegue la verdura del campo, especialmente en verano, podamos almacenarla en esta nave refrigerada para que no se estropee y mantenga sus propiedades intactas el máximo tiempo posible. Estamos en negociaciones con el Ayuntamiento, con el cual tenemos un compromiso municipal desde hace años. Nos concederán una subvención directa para la construcción de esta nave refrigerada. Quiero aclarar que este dinero proviene del campo de Conil y no de otros fondos municipales como la zona azul o el IBI del Ayuntamiento. Además, estamos desarrollando el plan parcial de La Lobita 2, que incluye una gran cantidad de tierra que tuvimos que comprarle al Ayuntamiento, correspondiente al 10% de esa área. Llegamos a un acuerdo con la anterior legislatura y con el actual equipo de gobierno para que ese dinero se nos devuelva mediante una subvención nominativa para la construcción de la nave refrigerada. Insisto en que este dinero es nuestro, pagado por los hortelanos de Conil a través de la cooperativa, y ahora debe retornar al punto de donde salió. Es una forma de seguir creciendo y mejorando... Efectivamente, en la cooperativa estamos continuamente creciendo y mejorando la calidad de nuestros productos. Este es nuestro principal patrimonio y está muy valorado tanto dentro como fuera de nuestras marcas.
¿Cómo se gestionan las relaciones con los mayoristas, fruterías y municipios de la Bahía de Cádiz a los que suministran sus productos?
Es muy sencillo: los mayoristas y fruteros vienen a la subasta diaria que tenemos de lunes a viernes y compran lo que quieran sin ningún problema.
¿Qué eventos organiza la cooperativa a lo largo del año para promover los productos?
Organizamos muchos eventos. El último fue en la Feria de El Colorado, donde montamos una carpa y realizamos un concurso de exposición con la participación de 90 agricultores. También promovemos nuestros productos en eventos como la piriñaca.
Y, ¿cómo lleváis el tema de la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente?
Tenemos siete técnicos encargados de controlar la huerta y sus necesidades. Además, nuestros socios no necesitan comprar productos fitosanitarios fuera, ya que los proporcionamos dentro de la cooperativa.
¿Qué mensaje le darías a los futuros agricultores y jóvenes interesados en unirse a la Cooperativa Las Virtudes?
Les diría que se animen y sean bienvenidos al club de los sufridores. Esto no es algo que se hace de un momento a otro; la cooperativa tiene casi 62 años y requiere paciencia. El campo necesita rejuvenecerse y aquí, en Conil, tenemos la media de edad más joven de agricultores en la provincia de Cádiz. Hay 78 hijos de socios que quieren incorporarse a la actividad agraria y estamos esperando poder presentar su documentación para unirse.
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