El pasado 22 de mayo se celebró el Día Internacional de la Diversidad Biológica. Tras este concepto se esconde toda la variabilidad que existe entre los organismos vivos, tanto entre especies como en las variedades existentes en una misma especie, su material genético y los ecosistemas de los que forman parte.
Por un lado, la biodiversidad es importante para nuestro planeta pues colabora en la regulación y equilibrio de los ecosistemas, la polinización, la formación y el mantenimiento de suelos, el ciclo de nutrientes, la regulación del clima, los suministros y calidad del agua y el control de plagas y enfermedades, que son vitales para la producción de alimentos y el bienestar humano en general.
Por otro lado, gracias a ella obtenemos numerosos bienes tangibles como alimentos, la cura de algunas enfermedades, la obtención de materias primas e incluso nuevas fuentes de energía sostenibles.
8,7 millones de especies
Según el último censo realizado por el WCMC (WorldConservationMonitoring Centre) se estima que actualmente podrían habitar nuestro planeta 8,7 millones de especies diferentes de seres vivos. Existen lugares que apenas están estudiados como el fondo de los océanos, las grandes cordilleras montañosas o los bosques y selvas ecuatoriales, esto hace que apenas conozcamos un 14% de las formas de vida que conviven con nosotros en el planeta.
A pesar de que los animales más atractivos y conocidos se incluyen dentro de los cinco grupos de vertebrados (peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos) el grupo más diverso y quizá el más indispensable para nuestro planeta es el de los insectos. ¡Existen más de 915,350 especies diferentes!
La clase insectos es un grupo de animales invertebrados del filo de los artrópodos (que tienen pies, en este caso patas, articuladas) Entre los órdenes más importantes se encuentran los escarabajos o coleópteros, las mariposas o lepidópteros, las moscas o dípteros y los mosquitos, abejas, avispas y hormigas que se incluyen dentro del grupo de himenópteros. Como podemos ver, la categoría “bicho” no aparece por ningún lado, reduciéndose a un vulgarismo despectivo que la sociedad usa para referirse a estos animales y que incluso es recogido de esta forma por la RAE que los define como “Animales, especialmente insectos o cualquier otro de pequeño tamaño, nombre desconocido y aspecto desagradable”
Los insectos, o coloquialmente “los bichos” suelen generar asco, rechazo e incluso miedo a muchas personas. Son asociados a enfermedades como la malaria, la peste negra o la enfermedad de Lyme, a plagas que ocasionan graves pérdidas en la agricultura, a molestias, mordeduras y picaduras y esto ha provocado un injusto rechazo que eclipsa los múltiples beneficios que nos aportan.
Beneficios
En primer lugar, su contribución ecológica es tan importante como invisible. Los insectos son los principales responsables de la polinización de las plantas. De este trabajo, indispensable para conservar el equilibrio ecológico, se encargan principalmente abejas y mariposas que en la búsqueda del delicioso néctar que les sirve de alimento transportan inconscientemente el polen de una planta a otra. De la polinización depende la producción de alimentos y productos básicos para nuestra subsistencia, por lo que la progresiva desaparición de los insectos como consecuencia de la contaminación y el uso de químicos en agricultura puede poner en peligro nuestra propia supervivencia.
Pueden ser usados para el control de plagas, siendo una alternativa inmejorable a la utilización de plaguicidas, herbicidas y fitoquímicos en agricultura. Un ejemplo pueden ser las mariquitas que se alimentan de los pulgones que provocan daño a nuestros cultivos o el uso de avispas parasitoides, que están siendo utilizadas experimentalmente para el control de plagas de moscas en explotaciones ganaderas
Los insectos pueden ser usados como bioindicadores de la contaminación en aguas. En este caso se utiliza la presencia de moscas y mosquitos para diagnosticar la presencia de focos de contaminación y posibles enfermedades. La presencia de insectos acuáticos, como Efémeras, plecópteros y Tricópteros, puede ser usada como indicador de un nivel aceptable en la calidad del agua.
Producen bienes como la miel, el propóleo, la jalea real y la cera que fabrican las abejas. Los gusanos de seda producen este material, que utilizamos para fabricar tejidos, y de las cochinillas del carmín (Dactylopiuscoccus) aplastadas se obtiene el colorante (E-120), que hasta los años 70 se utilizaba para darle color rojo a ciertos alimentos. Recientemente se ha descubierto que algunas sustancias presentes en el veneno de algunas especies de escorpión como Diplocentrusmelici tienen un efecto antibiótico por lo que podrían tener aplicaciones médicas importantes en un futuro.
Hay lugares en el planeta en el que los insectos son parte importante de la dieta y el desarrollo económico, principalmente en ciertos países de África. Los insectos son un alimento altamente nutritivo. Aportan proteínas, grasas y minerales y podrían ser la clave para combatir el hambre en países subdesarrollados y en vías de desarrollo.
Actualmente sufrimos un proceso acelerado de desaparición de especies ¡La sexta extinción masiva! y en este caso los responsables somos los seres humanos. El incremento de la contaminación desde el siglo XVIII hasta la actualidad está provocando el aumento gradual de temperatura y unos cambios en el medio a los cuales muchas especies, sobre todo insectos, no son capaces de adaptarse. Es importante proteger sus hábitats y tratar de reducir el uso de herbicidas, plaguicidas y venenos en el campo para evitar la desaparición de gran cantidad de seres vivos y los innumerables beneficios que nos aportan, no ya por nosotros sino por el bien de nuestros hijos y las generaciones futuras.
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