Doce senderos tendrán este verano el nuevo galardón "Bandera Sendero Azul", que reconoce y premia el valor ambiental, sostenible y patrimonial de 85 de estos caminos en España, así como la labor que realizan las administraciones para fomentar las actividades en la naturaleza y deporte y ocio.
Los senderos galardonados, elegidos por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC), conforman una red de casi 500 kilómetros y están presentes en 73 municipios pertenecientes a 19 provincias de 10 comunidades.
En Andalucía los senderos con esta distinción están en las localidades de Adra (Almería), Barbate, Chiclana de la Frontera, Conil de la Frontera, San Fernando y Rota (Cádiz); Almonte, Cartaya, La Antilla/Lepe, Islantilla y Punta Umbría (Huelva) y Mijas (Málaga).
Al respecto, la localidad de Barbate ha logrado mantener este galardón que alcanzó ya el pasado año para su impresionante Sendero del Acantilado que concluye en la Torre del Tajo. Una ruta imprescindible que ofrece unas vistas panorámicas hacia el océano Atlántico.
Y en el caso de Conil, su ruta para el Sendero Prado de Castilnovo también renueva la distinción. Una ruta que comienza en el río Salado y cuanta con más de tres kilómetros de longitud.
Por comunidades, Galicia es la que más rutas sostenibles ofrece con un total de 29 senderos azules, seguida de la Comunidad Valenciana (19), Andalucía (12), Principado de Asturias (6), Cataluña (5), las Islas Baleares y Región de Murcia (4), las Islas Canarias (3), Cantabria (2) y Extremadura (1).
Los premios se han concedido en un acto celebrado este jueves en el Real Jardín Botánico de Madrid, al que han asistido el presidente de la ADEAC, José Palacios; la vicedirectora de Cultura Científica y Comunicación en el Jardín Botánico, Isabel Sanmartín Bastida; y Ana Jar Rodriguez-Medel, de la secretaría de Estado de Turismo, ademas de una veintena de autoridades locales de los municipios galardonados.
El programa Senderos Azules, que es pionero en España y está vinculado al programa Bandera Azul desde su nacimiento en 2011, abre una nueva etapa con identidad propia con la introducción, por vez primera, del reconocimiento "Bandera Sendero Azul" y con la participación de cualquier municipio que quiera reconocer la calidad de sus sendas y caminos.
Para conseguir esta distinción, los senderos deben cumplir ciertos criterios como promover la conservación del medio, garantizar que las sendas permitan la funcionalidad de los ecosistemas, así como potenciar la conectividad de entornos naturales y la restauración de los entornos degradados.
En cuanto a los senderos premiados en esta edición, el 64 por ciento se encuentra parcial, o totalmente, inmerso en Espacios Naturales Protegidos y el 57 por ciento alberga especies protegidas de flora o fauna.
El programa Senderos Azules comenzó años atrás promoviendo la sostenibilidad y la diversificación de la oferta turística de sol y playa en los destinos con Bandera Azul a través de la puesta en valor de itinerarios y caminos que acercan a descubrir el patrimonio natural y cultural.
Por ese motivo, la mayoría de los senderos son litorales y discurren entre faros y atalayas a partir de una caminata, de manera que tan sólo una comunidad autónoma del interior, Extremadura, recibe la Bandera Azul por un sendero próximo a una "playa continental" en la provincia de Badajoz.
Sin embargo, y según ha explicado el presidente de la ADEAC, la intención a partir de ahora es abrir la puerta a la participación en estos premios de todos los municipios españoles "tengan o no playa", porque, ha dicho, "hay mucho que ofrecer y el turismo que atrae los senderos es un turismo estable".
Palacios ha subrayado la importancia que tienen estas banderas a la hora de reconocer "el valor ambiental y patrimonial de los caminos dentro sobre todo de un respeto a la naturaleza", y ha incidido en la obligación de "respetar y promover la conservación de nuestro entorno con el fin ultimo de que se haga una red de senderos para todos".
El programa Senderos Azules persigue, según sus organizadores, convertir estas vías en entornos respetuosos, resilientes, sostenibles y saludables, a la vez que fomentar la conectividad ecológica y fortalecer la coordinación entre administraciones: ayuntamientos, órganos gestores de parques, delegaciones provinciales, diputaciones y agentes medioambientales.
La ADEAC ha destacado la evolución desde el nacimiento del programa del número de caminos que alcanzan esta distinción, que han pasado de 12 premiados en 2011 a los 85 de esta edición, y han sido los años con más restricciones de la pandemia (2020-2021) los que presentaron un mayor bajón.
Han subrayado además que el 76 por ciento de los senderos galardonados ha emprendido acciones significativas de mejora, entre las cuales sobresale las actividades dirigidas a la eliminación de flora invasora, presente en, aproximadamente un 44 por ciento de los senderos galardonados.
Asimismo, entre las acciones de mejora ambiental llevadas a cabo en los Senderos Azules y su entorno destaca la regeneración de espacios dunares, la plantación de especies autóctonas o la re-naturalización de antiguas sendas en desuso.
Algunos de estos senderos llevan a "Centros Azules" edificios de interpretación premiados por ADEAC por su labor en divulgación de la conservación del patrimonio natural.
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