Con perspectiva sureña

Presos de las maquinitas

Conocen el videojuego de “Fornite”? Los padres con hijos en edad escolar lo conocemos bastante; vale, no todos, pero sí una mayoría. Es la última tendencia...

Publicado: 15/11/2018 ·
23:15
· Actualizado: 15/11/2018 · 23:15
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Autor

Antonia Merino

Antonia Merino es una reconocida periodista y analista política y social de la provincia jienense

Con perspectiva sureña

La actualidad política y social vista desde la trinchera femenina y la experiencia de una veterana del periodismo jienense

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Conocen el videojuego de “Fornite”? Los padres con hijos en edad escolar lo conocemos bastante; vale, no todos, pero sí una mayoría. Es la última tendencia que arrasa entre los escolares (y no tan escolares), en parte porque es gratis, y porque ha convertido en moda el baile de “swish swish”. No voy a hablar del “Fornite”, la verdad es que no tengo ni idea de cómo se juega, el problema es cómo las nuevas tecnologías y los videojuegos han revolucionado nuestras vidas y en especial la de nuestros hijos desplazando juegos “de toda la vida” y transformando su manera de relacionarse entre ellos. ¿Para qué salir a la calle si ahora puedo jugar o comunicarme a través de consolas, móviles, tablets, auriculares con micro y demás dispositivos tecnológicos? Es la batalla diaria a la que nos enfrentamos muchos padres. Un apunte, ¿cuántos padres piensan, egoístamente, que mientras que están enganchados a las “maquinitas” no molestan? Ahí lo dejo, como diría mi pirata. Dónde está el término medio. Cómo se puede poner freno a esta adicción tecnológica. Prohibir o evitar que usen dispositivos electrónicos no tiene sentido alguno, como tampoco lo tiene evitar que, a cierta edad, tengan un móvil. Ese otro gran artilugio que hace las delicias, todo hay que decirlo, de niños y adultos. En el caso de los niños, algunos profesores han optado por no complicarse la vida. No se permite y punto. En algunos centros no se puede ni llevar en el bolsillo apagado. Aunque no todos piensan de la misma forma, hay docentes que  lo plantean como una herramienta didáctica más. El galimatías es total, con opiniones contradictorias de padres y  profesores. Por si fuera poco, el Gobierno se plantea prohibir el móvil en las clases siguiendo la estela marcada por la vecina Francia. El debate está servido. Cuál es el truco para aceptar que estos artilugios forman parte de nuestra vida y no morir en el intento. Porque la realidad es que son muchos los niños y niñas que tienen móviles. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), uno de cada cuatro menores de 10 años posee uno. A los 11 son casi uno de cada dos (45,2%), a los 12, tres de cada cuatro y a los 14, el 90% de nuestros hijos tiene uno. Tampoco vale eso de decir "deja el móvil" o "no mires el ordenador", cuando ni siquiera los adultos somos capaces de hacerlo. Los más reflexivos apuntan al “buen uso”, algo en lo que todos los padres estamos de acuerdo, pero ¿sabe alguien en qué consiste ese óptimo uso más allá de establecer un horario tope de juego y unos días determinados a la semana en el caso de los videojuegos o de mantener el móvil apagado durante determinadas horas?  

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