El año 2019 ya, y en el horizonte aparece la fecha del 26M, la gran cita de las elecciones municipales, crucial para Jaén tras tantos años de desidia. Qué pena de una ciudad plena de oportunidades, y con una belleza intrínseca totalmente fuera de lo común. Es interesante hacer una rápida comparación de la fotografía política que nos dejó las elecciones de 2011, en relación a lo que las diferentes formaciones nos preparan. Lo primero que llama la atención, es la apresurada salida del alcalde que llegó tras las elecciones. La abstención de Ciudadanos en aquél pleno inicial del mandato nos dejó de nuevo a Fernández de Moya, que en pocos meses salió, como era previsible, a un buen puesto en el gobierno de Rajoy. Hoy, su difícil situación como investigado en el caso Mastinsreg le mantiene lejos de la política. Le sustituyó Javier Márquez, que tiene el no muy honroso record de haber aprobado un solo presupuesto en el mandato, y que juega todas sus cartas a la apertura del Jaén Plaza, más allá de una errática y caótica peatonalización diseñada sin diálogo con ciudadanía y actores sociales. El PSOE supo asentar con generosidad, sosiego y sin apenas ruidos su alternativa para mayo, con un candidato que ganó claramente unas primarias que confieren a Julio Millán la legitimidad para construir un equipo fuerte y sin hipotecas que ofrezca lo mejor de sí mismo como alternativa natural a un PP con demasiado tumulto interno. Curiosamente, la cabeza de cartel de Ciudadanos en 2011 lidera hoy el radical VOX, tras tres años y medio entre acusaciones de transfuguismo y un recorrido político indecoroso, capaz de llevar al pleno el antifeminismo más contumaz, y de ser el gran apoyo del PP a la hora de sacar asuntos que precisaban de algún voto “perdido”. Su entonces nº 2 ha preferido pegarse claramente al PP, y ejerce de concejal número 13 y claro candidato a aparecer en la lista de Márquez. Suena que Ciudadanos optará por otra aventura a la hora de elegir candidato/a, aunque parecería lógico que se lo pensase, viendo el éxito de su último casting y el riesgo de que puedan tropezar con la misma piedra. Y la tríada JeC/Podemos/IU se debate en su habitual juego de disputas. Demasiado para ellos el equilibrio conseguido por su grupo municipal. Curioso el silencio actual que aventura un ruido interno muy poco atractivo. Pues eso, quién dice que cuatro años no es nada.
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