Esta próxima madrugada se emite el capítulo final de The affair (Movistar) tras cinco temporadas en antena. Es definitivo, pese a que el final de las tres anteriores también podría haber sido el último. De hecho, a sus creadores, Hagai Levi y Sarah Treem, les han criticado el anuncio de cada renovación por temor al desarrollo artificial de una trama que podía darse por conclusa. En realidad, nunca ha sido así; cuando esta noche la serie vaya a negro se habrá puesto punto y final a una de las series dramáticas más notables de la década, tanto en su originalidad narrativa como en la radiografía social que realiza del mundo contemporáneo y, desde esta última entrega, del futuro también.
The affair construyó su singularidad inicial a partir de una estructura narrativa en la que cada episodio se partía en dos para desarrollar los mismos hechos desde dos puntos de vista diferentes, siempre en contraposición entre el personaje masculino y el femenino, en la búsqueda de una verdad particular sobre la misma realidad. A ello le añadió altas dosis de sexo, drama, intriga y flashbacks que obligaban asimismo al espectador a reconstruir la propia trama.
Sin embargo, a partir de la tercera temporada, la serie abrió su abanico a los personajes secundarios -bajo el mismo esquema narrativo en cada episodio- y comenzó a explorar otras vertientes argumentales desde las que ha ido creciendo con enormes virtudes para hablar de nosotros mismos, de la sociedad actual, de nuestras inseguridades, de nuestra inmadurez, de nuestras aspiraciones, de nuestra artificiosidad, así como de muchos lugares comunes, que van desde la familia al éxito, al abandono o al fracaso. Pero, también, del futuro que nos aguarda y que aborda esta quinta temporada con la incorporación de Anna Paquin encarnando, dentro de 30 años, a la hija de Alison (Ruth Wilson), en mitad de un paisaje desolador: el de los efectos del calentamiento global.
Pero en The affair no sólo ha funcionado la estructura y la trama, sino que la misma ha sido posible gracias a un plantel en estado de gracia (Dominic West y Maura Tierney, especialmente) y de quienes ahora toca despedirse.
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