Una emocionada Ángela Molina ha recibido hoy el Premio Nacional de Cinematografía por su vida dedicada al cine, una vida que "repetiría tal cual" y que seguirá dedicando a expresar, "hasta que la vejez" se lo permita, "la vulnerabilidad y el arrojo del alma humana".
La actriz ha recibido el galardón de manos del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, en un acto que ha tenido lugar en el Museo San Telmo, en el marco de la 64 edición del Festival de Cine de San Sebastián.
De "espontánea, auténtica, arriesgada y original" calificó el jurado de este galardón que concede el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales a la actriz, que en la ceremonia ha dado buena cuenta de ello.
No ha dudado en ponerse una "txapela", más al estilo parisino que al vasco, que le han lanzado desde el público y ha cantado a dúo con el ministro unos versos de la canción "Más cine por favor" que ambos han dedicado a su autor, Luis Eduardo Aute, ingresado tras un infarto que padeció el pasado 8 de agosto.
Como buena heredera de un clan de artistas, Molina ha iniciado su discurso, que ha preparado en los camerinos durante su último rodaje en Roma, con un recuerdo a sus padres, porque "con su amor hicieron que no distinguiera la vida del amor".
Aunque ella tampoco ha aprendido "a separar la vida del cine", ha explicado.
"Amo a mi oficio como se ama un misterio, sobrepasada y conmovida por la niña que fui", que su padre, el cantante Antonio Molina, cogía en brazos cuando iba a recibir los aplausos aunque en ese tiempo "no sabía que estaba dando los primeros pasos de lo que iba a ser" su vida, "una vida tan maravillosa", que la repetiría "entera tal cual, con sus errores".
Si le volvieran a preguntar "por qué se hace una película, por qué se amasa el pan, por qué se tienen recuerdos", la respuesta de Ángela Molina sería: "Por los demás, por los otros, por el espejo vivo que es la mirada del otro ser humano".
Por ello le gustaría "seguir dejando una huella que llene de vida a los otros" y espera "seguir expresando la huella de la vulnerabilidad del alma humana y la melancolía de la vejez con ese aliento de amor que nunca se rinde".
Poco después, la actriz ha reconocido a los periodistas que el premio le ha "trastocado las fuerzas" porque desde el primer instante en que recibió la noticia ha sufrido ataques de llanto.
"Es un premio que el cine se merece, porque el cine es la vida y la vida es nuestra y la amamos", ha subrayado.
Méndez de Vigo ha recordado que Molina, a los 19 años, llamó la atención de Luis Buñuel, que vio en ella un "auténtico animal cinematográfico" y la incluyó en la película "El discreto encanto de la burguesía", y ha destacado que ha trabajado "con los mejores directores" de cine nacional e internacional.
Los espectadores "siempre han podido sentir el latido de la vida en sus interpretaciones", ha concluido el ministro.
Con más de 200 películas en su carrera, Ángela Molina cuenta en su haber con la Medalla de Oro de la Academia de Cine, el Gran Premio de la Crítica de Nueva York (1985) el David de Donatello de la Academia de Cine de Italia (1986), y la Medalla de Oro de la Academia de Cine Española, entre otros.
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