Sevilla

"Fogo-fátuo", el inclasificable cine festivo y radical de Joao Pedro Rodrigues

El portugués Joao Pedro Rodrígues dice detestar lo radical, aunque él hace cosas radicales al hablar de la película con que concursa en el Festival de Cine

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  • Joao Pedro Rodrigues. -

El portugués Joao Pedro Rodrígues dice detestar lo radical, aunque ha admitido que él hace cosas radicales al hablar de la película con que concursa en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, "Fogo-Fátuo", una de las más inclasificables del certamen: musical, comedia, distopia festiva, "ecoqueer y poscolonial".

Así la han definido los programadores del festival y quienes pudieron verla en Cannes, pero su director, al presentarla en el Festival de Sevilla, ha advertido que "no es una película autobiográfica, aunque sí es el modo en que yo veo el mundo", y la ha definido como "una comedia musical clásica".

"La comedia es el mejor medio para abordar las temáticas importantes, aunque no se utilice siempre en el cine de autor", ha dicho el director portugués para poner el ejemplo de "El gran dictador", que "es la película más política que se ha hecho nunca y es una comedía", y abogar por que las risas vuelvan a las salas de cine.

En su largometraje más corto, sólo 67 minutos, Rodrígues comienza situando su historia en un Portugal futuro que ha restaurado la monarquía para ir retrocediendo en el tiempo hasta el año 2011, cuando la acción deviene en una fantasía erótica cuyo escenario es un parque de bomberos.

Sobre la intencionalidad de "Fogo-fátuo", su director ha señalado que "es difícil hacer hoy en día una película que no sea política, aunque a mí las que no me gustan son las películas panfletarias".

En ese momento ha recordado cómo hace más de veinte años, en su primera película, optó por mostrar las relaciones homosexuales de manera más descarnada, pero que esa visión ha cambiado hasta hacer que en "Fogo-fátuo" un cuerpo de bomberos protagonice un musical, con una gestualidad debida a la mezcla de actores que no son bailarines y bailarines que no son actores.

Rodríguez ha asegurado que ha partido de dos premisas, alejarse todo lo posible de los estereotipos y abordar cualquier cuestión desde la ironía, tanto las alusiones políticas, como la de la pareja constituida por un príncipe y un bombero, como los guiños medioambientalistas sobre el cambio climático.

El director, siempre con humor, ha asegurado que la historia de la película se le ocurrió en una visita al dentista mientras en la sala de espera pasaba las páginas de las revistas del corazón, en una de las cuales descendientes de la antigua familia real portuguesa mostraban el interior su casa.

"En Portugal la familia real ya no tiene ninguna significación, pero algunos de sus descendientes viven fingiendo, y es esa contradicción la que me interesó; mi película también trata sobre cómo te muestras ante los demás, y sobre la gente que vive en un falso mundo de apariencias, en un mundo irreal, por más que se ocupen de él las revistas y las redes sociales", ha concluido el director.

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