Todos eran conocedores del maltrecho estado en el que se encontraba desde hace tiempo el camino Niño de Oro, una vía de comunicación rural que transcurre entre la confluencia de la pista de Montijo y el camino de Valdeconejos. Para volver al momento en el que fue asfaltado por primera, y única vez, se hace necesario retroceder 25 años en el tiempo, durante los que se han ido presentando de manera progresiva numerosos desperfectos. El asfalto ha ido “fatigándose”, explica Laura Román, delegada de Agricultura. Había sido sometido a numerosas reparaciones mediante la técnica del ‘bacheo’, aunque no ha sido hasta ahora cuando se le ha encontrado una solución definitiva a través del reasfaltado; “la opción más aconsejable de reparación”, puntualiza Laura Román.
El trabajo de reasfaltado, realizado sobre un primer tramo, ha llegado a su final. Un área de 2.400 metros cuadrados- y sobre todo la gente que lo transita con regularidad- ya celebra el cambio tras ser sometido a una serie de actuaciones que han pasado por el establecimiento de una capa de rodadura de 5 centímetros de asfalto y, posteriormente, en el pintado de los márgenes con pintura termoplástica reflexiva para mejorar la conducción, sobre todo en horas de escasa luz y visibilidad. Una obra que ha supuesto una inversión de 40.958,80 euros, IVA incluido, ejecutada por la empresa Construcciones Garrucho S.A.
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