La Taberna de los Sabios

Orce, el Olduvai andaluz

Orce es, sin duda alguna, la cuna de la humanidad europea y se encuentra, además, junto a nosotros, bajo nuestro suelo. Defendamos su patrimonio

Publicado: 18/07/2018 ·
10:47
· Actualizado: 18/07/2018 · 10:47
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Autor

Manuel Pimentel

El autor del blog, Manuel Pimentel, es editor y escritor. Ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

La Taberna de los Sabios

En tiempos de vértigo, los sabios de la taberna apuran su copa porque saben que pese a todo, merece la pena vivir

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El mayor de los misterios habita en nuestro propio ser. ¿Cómo llegamos a ser humanos? ¿Cómo nació nuestra inteligencia? ¿Cómo evolucionamos? Preguntas fundamentales que nos inquietan y ocupan al tiempo. La ciencia, que aún no ha podido desentrañarlas al completo, se afana en los contados yacimientos paleoantropológicos que existen en el mundo, dos de los cuales se encuentran en España, Atapuerca, en Burgos, y Orce, en Granada.

El relato bíblico, con Adán y Eva, el Arca de Noé y Moisés, nos sirvió, durante miles de años, para explicar el mundo que nos rodeaba. Dios creó a los peces del mar, las aves del cielo y a las bestias terrestres tal y como las conocíamos. A nosotros el sexto día y al séptimo descansó. Pero pronto, este relato se desvelaría insuficiente. Desde finales del siglo XVIII comenzaron a conocerse los fósiles de animales gigantescos y desconocidos, seres monstruosos sin ningún parecido con los actuales. Los dinosaurios hacían su aparición y fueron bautizados como seres antediluvianos, bestias antiguas que, al no haber tenido cabida en el Arca de Noé, habrían perecido ahogados. La ciencia comenzó su trabajo y pronto Darwin formularía su teoría de la evolución de las especies. La sola posibilidad de que la humanidad procediera del mono generó un debate intenso cuyo eco aún perdura en nuestros días.

A lo largo del siglo XX, el descubrimiento de los fósiles de homínidos nos mostró el camino recorrido por una humanidad titubeante e incipiente. Y así supimos, gracias a Lucy, que hace más de tres millones de años, los australopitecus, se pusieron de pie al abandonar los árboles, que hace más de dos millones de años, los Homo habilis comenzaron a tallar la piedra y que hace 1,9 años apareció el Homo erectus, que ya seríamos nosotros, de alguna manera, y que emigró desde África para colonizar el resto del planeta. Pero la ciencia continúa con sus trabajos y no se descartan profundas modificaciones en este relato. Por eso, cada nuevo descubrimiento de un fósil humano es celebrado internacionalmente, pues arroja una luz primordial para avanzar en el conocimiento de nuestra propia historia como especie.

El yacimiento mítico, Olduvai, se encuentra en el corazón de África, en Tanzania. El famoso matrimonio Leakey logró arrancar de sus entrañas fósiles y útiles que configuraron nuestro actual imaginario de la evolución. Decir Olduvai es mentar la Meca de la paleoantropología. Pues bien, los andaluces tenemos en Orce nuestro propio Olduvai, y no tan solo por la semejanza de sus hermoso paisajes y fértiles gargantas. En Orce se han encontrado útiles de piedra de 1,4 millones de años de antigüedad. El cráneo descubierto por Gibert aún se encuentra en debate, pero, de confirmarse – lo que es posible – nuestra presencia se retrotraería a 1,6 millones de años. Quién sabe. El caso es que, fueran habilis o erectus, los homínidos ya campeaban por nuestro territorio hace casi dos millones de años. El debate está servido. ¿Por dónde llegaron? ¿A través del Medio Oriente tras atravesar Europa entera? ¿Por el Estrecho de Gibraltar? Le corresponde a la ciencia responder a esas y a otras preguntas esenciales. Orce custodia en su seno el arcano que desvelará nuestra propia evolución en suelo europeo.

Un equipo de paleoantropología de la universidad de Granada, dirigido por Juan Manuel Jiménez Arenas, excava en estos momentos algunos de los yacimientos de Orce, una investigación de gran relevancia internacional. En Orce se han descubierto las industrias líticas y los restos humanos más antiguos de Europa. Intuimos que este yacimiento formidable alberga aún enormes tesoros paleoantropológicos por descubrir. Si Olduvai se considera la cuna de la humanidad, Orce es, sin duda alguna, la cuna de la humanidad europea y se encuentra, además, junto a nosotros, bajo nuestro suelo. Defendamos su patrimonio y apoyemos la delicada y compleja tarea de investigación, porque descubrir ese pasado remoto es, de alguna manera, descubrirnos a nosotros mismos.

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