El jardín de Bomarzo

Un manicomio global

Hay momentos de la historia en los que la sociedad se percató del peligro y unida decidió rebelarse contra algo, poniendo freno, gritando basta ya

Publicado: 13/07/2018 ·
13:03
· Actualizado: 13/07/2018 · 13:03
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Bomarzo

Bomarzo y sus míticos monstruos de la famosa ruta italiana de Viterbo en versión andaluza

El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"Los manicomios siempre han destilado el espíritu de la época. Todas las desinformaciones, las jorobas psíquicas y las excentricidades están tan diluidas en la sociedad que resulta difícil percibirlas, pero aquí, concentradas, revelan claramente el rostro de los tiempos que vivimos. Los manicomios son los museos de las almas..."Stanislaw Lem, escritor y filósofo. 

Hay momentos de la historia en los que la sociedad se percató del peligro y unida decidió rebelarse contra algo, poniendo freno, gritando basta ya, señalando el mal para aislarle. Este tiempo vertiginoso adolece de la paciencia que requiere un cocido para su textura exacta, impera la comida basura que a diario está servida en enormes cantidades; es más barata, sin duda infinitamente peor. La mentira y la manipulación de la opinión pública se está instalando a velocidad del rayo y lo realmente dramático es que parece que la ciudadanía lo acepta, las noticias falsas corren por internet y whatsaap con más fluidez que la verdad porque la verdad suele resultar más aburrida y, por tanto, es mucho más lenta, eso es algo que conoce a la perfección el tramposo para dar rienda suelta a un juego que encuentra en las redes sociales su vehículo perfecto. Noticias falsas -fake news- creadas a sabiendas de que serán desmontadas, pero lo que importa es que aunque sólo estén vivas en internet por unas horas su hacedor habrá conseguido el objetivo perseguido porque miles de consumidores la habrán digerido y, nutridos de basura, terminarán por hacerse de una idea perfectamente manipulada. Calumnia que algo queda. 

Ante la demostración de una noticia falsa se debería marcar con una cruz a su autor, bloquearle, eliminarle como fuente de información, insertarle en una lista negra de proscritos de la sociedad. La información es poder, pero se está demostrando que la desinformación lo es casi al mismo nivel. Y si el fin que persigue la noticia tiene el plus de conseguir intereses electoralistas aún se debería ser más firme porque la democracia se basa en la libertad de elegir a quien pensamos mejor nos va a gobernar y si nuestra opinión está manipulada, nuestra elección no será libre. Es lo que tiene la globalización, nos ha dotado de un método rápido y eficaz para que la mentira urdida se imponga a la verdad, se expanda en minutos sin que el autor corra el menor riesgo salvo que la sociedad comience a señalarle como lo que es. De lo contrario, terminamos todos formando parte de un manicomio global.

Una sociedad dominada por la falta de escrúpulos y por el uso de la mentira no sólo causa el daño de la manipulación de la opinión crítica. Lo peor es que se instala en nuestras vidas casi como algo habitual. Que alguien use la mentira para fines políticos no escandaliza. Como el fraude fiscal millonario de un futbolista de élite, nos quedamos como si tal cosa cuando lo que hace es robarle a nuestra estructura económica.

La cuestión es que quien usa la mentira como forma de vida lo hace porque persigue un interés personal y/o necesidad de dañar a otro. Gente tóxica, de la que no siempre emana su mezquina condición porque el mentiroso profesional ha de tener la cualidad de parecer lo contrario y sería oportuno establecer un decálogo que identifique los tics comunes, que los tienen, del que debería empezar a ser catalogado como mentiroso profesional.

Lo sano es evitarlos. Porque quien vive de la falsedad se muestra persona de visibles encantos, sus defectos los oculta y sus virtudes las inventa, mentir de hecho forma parte de su diario, suelen ser personas más listas que inteligentes, muy estrategas, que saben captar con rapidez los puntos débiles de los demás, sus gustos, fobias y filias y con esta información atraparte hasta conseguir el fin perseguido. 

Descubrir al tóxico y al medio que usa para expandirse cuanto antes resulta clave. Huir enseguida de esa amistad que se dedica de forma exagerada a hacerse imprescindible en tu vida cuando todos los que le ha tratado advierten de su nocividad, cuando hay unanimidad. Desconfía de un exceso de perfección en el trato porque éstos suelen tener cara oculta, recela de los que idean victoriosos planes o maquiavélicas estrategias para conseguir fines comunes pisando a otros porque si su mente es capaz de esto hoy, mañana lo será para lo mismo contigo; recela siempre del que traiciona a otro, el que tiene esa condición la usa siempre y terminará haciéndolo contigo.

Si es hombre y nada más conocerte te apabulla con invitaciones y dispendios, acelera hacia otra parte. Si es mujer y al conocerte, por ejemplo, te invita a la actuación musical de su hija y hay un botón de más suelto donde se junta su personalidad en su traje hortera de Desigual, huye rápido, vete lejos. Los hombres tienen todas las de perder ante una pérfida mujer disfrazada de encantadora que usa su condición y su ventaja para manipular y sacar provecho y hay que señalarlas con el dedo firme.  

Personas que pueden montar de la nada un acoso laboral sin prueba alguna, sin veracidad, que logran manipular a otros en tu contra porque el modelo les ha convertido en profesionales de la mentira, de la manipulación y encuentran la permisividad social para expandir su veneno y en esto la sociedad actual, esta nuestra tan global, está asintiendo desde el momento en que acepta como posible una información falsa o, en su defecto, falseada. El mentiroso, el manipulador lo sabe, por eso resulta imprescindible identificar y señalar al medio o a la persona que actúa bajo tan deplorable criterio. De lo contrario terminaremos todos chocados en el patio del manicomio, allí donde lo que es verdad a nadie importa.

Pero estando cuerdo lo que de verdad importa es la verdad, es lo único que te hace libre. Puedes mentir buscando aumentar clicks en tu web, falsear una información para dañar y divulgar una patraña solo con el objeto de lastimar a alguien, se puede fomentar medios de comunicación que esparzan basura o ser político o sindicalista o periodista experto en la manipulación, pero la verdad es que durante esos segundos de silencio que cada noche nos trasportan al sueño cada uno sabe perfectamente lo que es. Ahí no hay dónde esconderse y ni el más hábil de los mentirosos es capaz de engañarse a sí mismo.

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