Solía decirse en los primeros tiempos del boom electrónico e informático que el mundo vivía de los residuos de la NASA, la agencia estadounidense del espacio. Y se decía en el sentido de que toda investigación que se inicia con un objetivo claro desemboca en una serie de investigaciones laterales que provienen del motivo principal, de forma que las mejores vitrocerámicas se probaron con el paso de los transbordadores por la atmósfera y las máquinas de ‘comecocos’ salieron de la ingeniería usada para dirigir el cohete. Esto es, que todo lo que se investiga tiene una reversión social y termina formando parte de nuestras vidas, en nuestras propias casas a modo de electrodomésticos o aparatos que aumentan la calidad de vida global (o casi).
 

Son ejemplos que se completan con el hecho de que al día de hoy sea imposible vivir sin internet, una tecnología creada por intereses defensivos y ya la comunicación de las comunicaciones popularizadas. Y todos los ejemplos desembocan en lo que pueden dar de sí experimentos como el que se lleva a cabo en Chiclana y que jamás fracasará porque aunque no se consiguiera el objetivo que ahora se persigue, los resultados de las distintas pruebas que se van a hacer en los próximos años van a arrojar conclusiones que diversificarán la investigación y de las que podrán salir otros objetivos, como señalaba -de otra forma, pero con el mismo fondo- Frank Rogallla, director de Innovación de aqualia. Como para no ponerse las manos en la cabeza cuando algunos recortan I+D+i.

‘aqualia’, la bandera española
La empresa aqualia, el paradigma de la gestión integral del agua, y el Ayuntamiento de Chiclana, presentaron este martes el proyecto All-gas que se desarrollará en las instalaciones de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de el Torno. El alcalde, Ernesto Marín, acompañado por el delegado de Medio Ambiente, Nicolás Aragón y Frank  Rogalla, director de Innovación y Tecnología de aqualia, representantes de Chiclana Natural, y de las entidades que componen el Consorcio de imnvestigación, recorrieron las instalaciones de la EDAR en la que se desarrollará el proyecto enmarcado en el 7º Programa Marco de la Unión Europea (Ver video).
 

Durante la visita, Ernesto Marín, alcalde de Chiclana, destacó “la importante inversión que un proyecto pionero de estas características supone para Chiclana”. Por su parte, Frank Rogalla, director de Innovación y Tecnología de aqualia, empresa que coordina el consorcio investigador, ha agradecido la colaboración de las entidades locales. Rogalla ha valorado el acto celebrado el martes como “el arranque de la fase práctica, cuyo objetivo último, a alcanzar en varias etapas, será obtener 10 hectáreas de cultivo de microalgas”.
 

¿Pero qué es realmente lo que se está haciendo en Chiclana y qué es lo significó esa cita del martes? All-gas cuenta con una financiación comunitaria de 7,1 millones de euros y se desarrollará en 5 años, con una primera fase de prototipo (dos años) y una segunda para la construcción y operación (tres años).
 

La aportación de aqualia busca transformar los efluentes de la Estación Depuradora de agua residual en biomasa y la transformación de esta biomasa en biogás. Esta tecnología elude la polémica que actualmente envuelve a otros proyectos similares, basados en la plantación de grandes extensiones de materias primas alimentarias. Este hecho provoca un aumento en el precio de los alimentos, por lo que recibe críticas de parte de algunos sectores sociales.
 

Será una forma eficiente y sostenible de obtener energía de diferente tipo: biogás, biodiesel  y biomasa. Además, el sistema que se implantará en la EDAR El Torno se autoabastecerá con la propia energía producida. Se trata de la primera vez que se implementa un proyecto de estas características a gran escala  y de 10 hectáreas de cultivo. Se prevé que con los biocombustibles producidos en esta extensión se pueda cubrir el consumo anual de una flota de 400 vehículos.

Proyecto Europeo
El proyecto All-gas forma parte de una iniciativa liderada por aqualia, elegida para este papel por su amplia experiencia en la gestión y explotación de Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales –gestiona más de 300 en todo el mundo– e integrada por un consorcio de entidades investigadoras: Universidad de Southampton (Reino Unido), BDI (Austria), Clean Algae (Holanda), Hygear (Holanda), MTD (Turquía) y Fraunhofer (Alemania).
 

Actualmente, aqualia está implicada en 20 proyectos de investigación activos. Además, la empresa trabaja junto con las asociaciones nacionales e internacionales que promueven la innovación (IWA, AEAS, ATTA, AIF, AEDyR, IMDEA, EUREAU,…) y participa en las plataformas tecnológicas sobre agua y biomasa (por ejemplo, BIOPLAT) con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad.
 

Aqualia es la empresa de FCC, uno de los principales grupos europeos de servicios ciudadanos especializada en la gestión de todas las actividades relacionadas con el ciclo integral del agua. Es, además, una de las pocas empresas en el mundo capaz de ofrecer soluciones para cada uso del agua, ya sea doméstico, agrícola o industrial. Tercera compañía de agua en el mundo, gestiona contratos con más de 1.100 municipios y opera cerca de 200 estaciones de tratamiento de agua potable y más de 300 depuradoras en 20 países, dando servicio a más de 28 millones de personas. 

Credenciales
Con esas credenciales es con las que se trabaja a la hora de conseguir los objetivos como organización perfectamenteengrasada para que todo funciones bien organizativamente, amén de las cualidades de los investigadores.
 

Las demás credenciales las pone la propia Chiclana y sus condiciones naturales, que son extensibles a otras zonas de todo el litoral atlántico-mediterráneo porque las dos condiciones principales, sin entrar en detalles excesivamente técnicos, son que se trabaje en el litoral y en zona calurosas. Y ambas condiciones se dan en Chiclana y toda la costa española, especialmente en el sur, de la misma manera que son condiciones que se producen juntas en muchas partes del mundo, desde Marruecos a California.
 

La cuestión principal es definir qué tipos de algas son las que pueden utilizarse, qué tipos de aguas y cómo se combinan con los tipos de algas, lo que no es fácil. Por eso en la EDAR de El Torno lo primero que se puede ver es que existen distintos compartimentos en los que se verán los resultados de las distintas pruebas durante los dos primeros años del proyecto antes de lanzarse a la producción en esas diez hectáreas que serán las que determinen la rentabilidad extrapolable a las grandes extensiones que se proyectan.

DE UN SIMPLE RESIDUO A MOVER PARTE DEL MUNDO

Si los escritores futuristas hicieron ver a sus coetáneos lo que ahora es algo normal, como viajar por el espacio o por las profundidades del mar, el cine de ficción en muchas ocasiones señala con el dedo a un futuro posible. En Mad Max III, más allá de la cúpula del trueno se puede ver cómo una ciudad se alimenta de los excrementos de los cerdos.

Obviamente es sólo una película, pero las películas, las buenas, parten al menos de teorías admitidas aunque no probadas que quizá en equis años sean realidad como lo son ahora las novelas de Julio Verne. Todo depende de que no se pare la investigación, el desarrollo y la innovación.

 Uno de los retos que la I+D+i afronta en el sector del agua es el máxino aprovechamiento de los residuos producidos en las diferentes etapas del ciclo integral del agua. El objetivo es alcanzar el mayor grado posible de sostenibilidad y de eficiencia.
 

Con la tecnología actual, el tratamiento de las aguas residuales supone un elevado gasto de recursos y, por el contrario, un mínimo reuso de la energía obtenida en esos procesos.
 

Una de las más ambiciosas líneas de investigación estudia el uso de las aguas residuales como factor crítico en la obtención de biocombustibles. Si ello fuera posible, se revolucionaría el actual paradigma en el tratamiento de las aguas residuales y lo que hasta ahora se consideraba un residuo en adelante sería un recurso de gran valor.

Dos iniciativas
La actividad de I+D+i da un gran salto con el lanzamiento de dos iniciativas, vinculadas a los grandes programas de investigación: uno de ámbito europeo y otro español. Estos dos proyectos se centran en una nueva consideración de las aguas residuales como elemento crítico en el cultivo de biocombustibles, y están orientados a cambiar en el periodo de los próximos tres a cinco años el paradigma de tratamiento de aguas residuales.
 

aqualia está trabajando en estos momentos en dos de los programas más ambiciosos en esa materia. Uno de ellos es el  7° Programa Marco de la Unión Europea (FP7) que se desarrolla en la EDAR de El Torno de Chiclana con la colaboración de diferentes países.
 

El otro es el Programa de Consorcios Estratégicos Nacionales de Investigación Tecnológica (Cenit), patrocinado por el Ministerio de Economía y Competitividad a través de COTI.
 

Los objetivos de este segundo programa son el uso integral de las algas, desarrollo de nuevas tecnologías de cultivo de microalgas, recolección y transformación. El trabajo de aqualia se centra en la transformación eficiente de los nutrientes de las aguas residuales en biomasa y en la conversión de las algas en biogás con alta pureza.
 

El proyecto está coordinado por Iberdrola I&C con una cobertura económica del Ministerio de Ciencia e Innovación de 8, 26 millones de euros. Participan 14 empresas, entre ellas, además de Iberdrola, Repsol y Algaenergy. Este proyecto tiene una duración de cuatro años y cuenta con asesores de la Universidad de Cádiz (UCA).

Son palabras mayores y que dejan las alusiones a las películas y los libros de ciencia ficción en una simple anécdota y en una pequeña licencia del autor de este reportaje. ¿Pero a que es necesario imaginar algo para que algún día se pueda hacer realidad? Pues eso.