El proyecto All Gas ha dejado de ser una iniciativa sobre el papel para afrontar la fase de experimentación de dos años que determinará su rentabilidad a medio y largo plazo. El alcalde, Ernesto Marín y el responsable de innovación de Aqualia, Frank Rogalla, han presidido en mañana de este martes la puesta de largo de la planta piloto que ha sido instalada en los terrenos de la EDAR de El Torno.
El fin último es obtener biocombustibles y otros productos de alto valor energético a partir del cultivo de microalgas a bajo coste. Paralelamente, se contribuirá a la mejora de los procesos de depuración de la EDAR de El Torno. Su éxito, al margen de los productos resultantes, derivará en una reducción de los costes de depuración, con la garantía de que la actividad será respetuosa con el medioambiente.
Representantes de las siete organizaciones participantes, con el liderazgo de Aqualia, han asistido a lo que el primer edil ha definido como “un momento histórico y pionero no sólo en España, sino en toda Europa”, de cuyos resultados dependerán futuras líneas de investigación en materia de reutilización de nutrientes de depuración.
En la misma línea, el regidor chiclanero ha puesto en valor esta iniciativa como “una manera muy válida de invertir en futuro, pues se trata de un nicho de mercado emergente, respetuoso con el medioambiente y que generará puestos de trabajo estables”.
El programa experimental se divide en dos fases. La primera, de prototipo, sobre 300 metros cuadrados que es la que acaba de iniciarse y que se prolongará hasta 2014. Junto a las balsas de cultivo de algas se han instalado laboratorios y oficinas modulares desde donde se coordinará in situ el desarrollo del proyecto. Otra segunda fase de construcción y operación de la instalación de cultivo de algas -denominada de demostración tecnológica- tendrá un periodo de vigencia de tres años y conlleva la instalación de las infraestructuras de cultivos sobre tres hectáreas de salinas de propiedad municipal para luego hacerse extensiva hasta las 10 hectáreas.
En este sentido, el delegado de Medio Ambiente, Nicolás Aragón, ha resaltado que “los miembros de este proyecto han entendido enseguida que Chiclana resulta ser un enclave idóneo donde desarrollar “All-Gas”, puesto que la empresa de todos los chiclaneros, Chiclana Natural, lleva lustros siendo pionera en la gestión del ciclo integral del agua. Por ello, en esta ocasión conseguimos darle una vuelta de tuerca más al reciclaje integral de las aguas, puesto que estamos ante un proyecto que podría llegar a reutilizar el 100% del agua de desecho y convertirlo en energía útil, limpia y respetuosa con el medioambiente”.
Esta segunda fase requiere de tres años de experimentación y, por lo tanto, se prolongará hasta 2017. Será entonces cuando se obtendrán los resultados que permitirán valorar en su justa medida si los cultivos de microalgas y los productos de valor añadido que generan consiguen el objetivo de ser económicamente rentables.
Al respecto, Marín se ha mostrado confiado en “lograr óptimos resultados de la investigación de un proyecto apasionante que permitirá abordar desde una diferente óptica el sector de la energía”.
El proyecto se enmarca en el séptimo programa marco de la Unión Europea y cuenta con una inversión de 11,8 millones de euros, de los cuales 7,1 millones proceden de fondos comunitarios.
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