Día de San Antonio, 13 de junio, y Chiclana ha vuelto a celebrar con el mismo entusiasmo y pasión de siempre una de las tradiciones más singulares de su festividad, esa que, hace ahora 27 años, impulsó la propagandista de La Voz de San Antonio de Sevilla, Manolita Fernández Tocino.
Frente a la parroquia de la Santísima Trinidad y San Telmo y tras la celebración de la solemne misa en honor a San Antonio, cientos de chiclaneros y visitantes de otras localidades de Cádiz e, incluso, de otras provincias de Andalucía se han dado cita desde muy temprano para recibir uno de los 4.000 panecillos bendecidos de San Antonio.
Panecillos que, como manda la tradición, se han entregado envueltos en un sobre con la oración de San Antonio y su imagen.
“Comenzamos hace casi de 30 años con el reparto de unos 400 panecillos y, desde entonces, el número no ha dejado de crecer”. “Queremos que todas las personas que vienen con tanta devoción por San Antonio se puedan llevar el suyo y algunos más para familiares y amigos”, ha comentado la propagandista de La Voz de San Antonio e Insignia de Oro de la Ciudad en 2009.
“Este reparto”, ha subrayado Manolita Fernández Tocino, “es un gran símbolo de fe, que viene a escenificar el pan que San Antonio, siglos atrás, entregaba a los más probres a las puertas del templo”.
Y es que ella, Manolita Fernández Tocino, ha cultivado desde muy pequeña (entonces vivía al lado de la Iglesia Mayor) una extraordinaria devoción y fe por San Antonio. Devoción que, un año más, ha tomado la calle La Plaza, con colas ‘kilométricas’ para poder hacerse con uno de los panecillos, que, previamente, habían sido bendecidos por el parroco de San Telmo.
“Esto es una auténtica locura”, ha comentado Manolita mientras intentaba ponía orden en las dos colas que se montaban para la ocasión.
“Mi deseo”, ha resaltado, “es que esta tradición no se pierda y que el día que yo no pueda estar por motivos de salud, sean mis nietos los que le den continuidad”. Nietos que, para aprender el ‘oficio’, la han acompañado en esta jornada tan importante y especial para ella y, desde hace casi tres décadas, para la propia Chiclana.
El reparto de panecillos, que se ha prolongado más allá de las doce del mediodía, daba continuidad a una jornada con una gran carga religiosa y que, instantes más tarde, ha tenido su prolongación en el Real de la Feria de San Antonio.