El alcalde de Chiclana, José María Román; el coronel Julián González Juárez, comandante militar de la provincia de Cádiz y Jefe del Regimiento de Artillería de Costa Nº 4 (RACTA 4); y Carmelo de las Morenas, nieto de Enrique de las Morenas, han presidido el acto de homenaje con motivo del homenaje al capitán Enrique de las Morenas y Fossi por el 125 aniversario de su fallecimiento, que se ha desarrollado este mediodía en la confluencia de las calles Constitución y Álamo. Un acto en el que también han estado presentes familiares del capitán chiclanero, así como Ulises Bidón Vigil de Quiñones, en representación del Consulado General Honorario de Filipinas en Sevilla que, además, es nieto de Rogelio Vigil de Quiñones Alfaro, que fue el médico militar héroe de Filipinas.
Durante el acto, que ha contado con la colaboración del Regimiento de Artillería de Costa Nº 4, se ha llevado a cabo un homenaje a los caídos junto a la placa en recuerdo a Enrique de las Morenas, en la calle Álamo. De esta forma, se ha procedido a la colocación de una corona de laurel junto a la placa.
“Solo tengo palabras de agradecimiento por el desarrollo del acto. En primer lugar, al comandante militar, que ha estado detrás para que el homenaje saliera con el brillo que corresponde para honrar la memoria de un hombre, que dio su vida por la Patria”, ha expresado el alcalde, quien ha añadido que “también es de agradecer la presencia del nieto y demás familiares de Enrique de las Morenas, así como del nieto del médico desde destacamento Vigil de Quiñones. Si queremos trasladar el cariño en un acto público, qué mejor manera que diciéndoselo directamente a su familia”. “Hoy Chiclana ha vuelto a honrar a uno de sus personajes más ilustres, que ha dado a lo largo de su historia, pero esperemos tener otros momentos para que podamos recordar y volver a honrar la memoria de Don Enrique de las Morenas”, ha recalcado.
Por su parte, el coronel Julián González Juárez ha agradecido al Ayuntamiento de Chiclana “haber hecho posible este acto de homenaje al capitán De las Morenas, héroe de Baler, que supo estar al mando de un destacamento de 54 hombres en una iglesia cercada por enemigos y supo cumplir con su misión, entregando lo más preciado, que fue su vida. Este homenaje lo hemos preparado con el cariño que se merece este héroe chiclanero. Y lo hemos hecho con un acto sencillo de homenaje a los caídos, con nuestro canto ‘La muerte no es el final’ y el toque de oración, que es como se rinde homenaje a los militares caídos en acto de servicio”.
Además, ha recordado que “este acto se enmarca dentro de la efemérides del Ejército de Tierra de este año, en el que se está rindiendo homenaje a todos los que hicieron posible las gestas de los españoles, durante los actos 1492 a 1898, especialmente a los héroes de Cuba y Filipinas. En Chiclana tenemos a nuestro héroe y debíamos estar aquí, porque este año se cumplen 125 años de su fallecimiento y es hoy ese aniversario y que mejor lugar que celebrarlo en su ciudad de nacimiento”.
Finalmente, Carmelo de las Morenas ha agradecido al alcalde y al coronel-comandante militar “por la oportunidad de estar hoy aquí para darle un homenaje a los caídos por España coincidiendo con el 125 aniversario de la muerte de mi abuelo”. “Hace exactamente cuatro años tuvimos la posibilidad de asistir a otro homenaje parecido al actual con motivo del 120 aniversario del asedio de Baler y nosotros nos marchamos con una impresión de muchísimo agradecimiento y convencido de la atención y el cariño de Chiclana a Enrique de las Morenas”, ha manifestado el nieto del capitán chiclanero, quien ha añadido que, “de ahí, que hayamos venido con ilusión y entusiasmo”.
“Quisiera poner de relieve hechos muy significativos. Por un lado, que hay una ciudad en España que te trata con un cariño inmenso y , por otro, que hay una persona que conoce perfectamente la historia de Enrique de las Morenas como sucede con Francisco Javier Yeste Sigüenza, que ha escrito una prosa impecable con multitud de detalles de mi abuelo”, ha manifestado Carmelo de las Morenas.
Enrique de las Morenas y Fossi
Enrique de las Morenas y Fossi, nacido en Chiclana el 23 de mayo de 1855 y fallecido en Baler, Filipinas el 22 de noviembre de 1898, fue militar y uno de los Últimos de Filipinas. De familia acomodada, su padre era juez, que ejerció en Chiclana y Cabra (Córdoba). En esta última ciudad estudió e ingresó en la Academia de Infantería con 19 años el 26 de junio de 1874 como cadete de infantería. El 2 de abril del siguiente año, durante la tercera Guerra Carlista, accede al empleo de alférez y es destinado al Regimiento de Infantería de la Lealtad número 30, integrado en la División al mando del general Arroyo, que combate a los carlistas en el frente catalán. Participa, entre otras batallas, en una acción en Molins de Rey y posteriormente en el socorro de Seo de Urgel. Por esta última operación es ascendido a teniente por méritos de guerra y más tarde es nombrado, por la R.O. de 2 de junio de 1876, Benemérito de la Patria.
Después de la Guerra Carlista obtiene varias licencias por asuntos propios para atender sus negocios particulares y otra por enfermedad.
Iniciada la Revolución Filipina, en 1896 es ascendido a capitán, embarcando hacia Filipinas el 18 de diciembre de ese año en el vapor Magallanes, integrándose a su llegada en el Batallón Expedicionario número 9, combatiendo en Cabanatuán y San Isidro. Tras su llegada a Baler, procuró devolver la estabilidad al pueblo, muchos de cuyos habitantes lo habían abandonado tras las primeras revueltas. Para ello, solicitó a los pueblos cercanos que enviasen arroz, que escaseaba en el pueblo, Procuró ganarse la confianza de los locales, tanto los afectos a los españoles, como a los que habían participado en el levantamiento, recientemente sofocado. Estableció la prestación personal, denominada ‘polo’, con el objeto de cultivar un huerto junto a la comandancia, medida que resultó impopular entre los nativos.
La calma tensa se escenificó en el asesinato del maestro Lucio Quezón, probablemente, por su cercanía a los españoles. Lucio Quezón era persona cercana al Capitán de las Morenas, y padre del presidente de Filipinas Manuel L. Quezón.
El sitio de Baler
Tras un breve periodo de tranquilidad, el 30 de junio de 1898, durante una patrulla rutinaria, los hombres al mando de Cerezo caen en una emboscada de los insurgentes filipinos, comandados por Teodorico Novicio Luna, en ese momento, comienza el sitio. Los españoles, se refugian en la iglesia del pueblo por ser el edificio más sólido y defendible en caso de prolongarse la situación, que, finalmente, duró 337 días.
Enrique de las Morenas y los tres oficiales establecieron las bases de la defensa, convirtiendo la Iglesia en un bastión. Recibidas intimaciones para la rendición, Enrique de las Morenas respondió a las mismas contestando que no se rendiría, e incluso, obviándolas, y no contestándolas. En algún caso llegó a contestar de manera provocadora a los sitiadores. El 19 de julio, el Coronel Villacorta intima a la rendición, haciendo responsables a los oficiales de las desgracias que pudieran ocurrir. De las Morenas contesta: "A las doce del día de hoy termina el plazo de su amenaza; los oficiales no podemos ser responsables de las desgracias que ocurran; nos concretamos a cumplir nuestro deber, y tenga usted entendido que si se apodera de la Iglesia será cuando no encuentre en ella más que cadáveres, siendo preferible la muerte a la deshonra”.
En días posteriores, los sitiadores enviaron a dos sacerdotes franciscanos con el objeto de convencer a los sitiados de que su resistencia era inútil. El capitán de las Morenas decidió que se quedasen en la Iglesia. Los sitiadores reclamaron a los dos sacerdotes, por considerarlos sus prisioneros. De las Morenas contestó con ironía, que se quedaban allí, por no ser parlamentarios y "porque creíamos que ustedes nos los mandaban para que nosotros, como somos españoles, les socorriéramos, pues ustedes no tendrían que darles de comer, ni gusto en tenerlos a su lado. Agradeceríamos que nos remitiesen ustedes lo que tengan allí de ellos si algo les han dejado".
El día 6 de septiembre se desarrolló una conversación entre oficiales de un bando y otro, y preguntado el Capitán de las Morenas si se iba a rendir, tras una carcajada, respondió: "¿Qué en qué quedamos? Muy sencillo, ustedes se retiran a sus trincheras y nosotros nos quedamos en nuestra Iglesia, con que adiós y pasarlo bien."
El 18 de octubre, Alonso muere de beriberi, tomando el mando del destacamento Martín Cerezo hasta el final del sitio, en junio de 1899. En aquel entonces De las Morenas ya estaba enfermo, y se fue agravando gradualmente. El 22 de noviembre, Enrique de las Morenas, fallece de beriberi.
En septiembre de 1899 es ascendido a título póstumo al grado de Comandante. En 1901 se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando de Segunda Clase. Tiene dedicadas calles a su nombre en Chiclana, Cabra, Baena, y una plaza en Madrid. Sus restos, y los de los otros fallecidos durante el sitio, fueron trasladados a España desde Baler. Está enterrado en el Cementerio de la Almudena en el Mausoleo de los héroes de Cuba y Filipinas.
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