La Asociación de la Prensa de Sevilla entregó la pasada semana sus tradicionales Premios de la Comunicación. En estos veintiséis años de galardones, son muchos los compañeros a los que se les ha reconocido su trabajo y trayectoria. Grandes profesionales que desde distintos medios y ámbitos han aportado su granito de arena y todos ellos han sido y son parte del excelente periodismo que se hace en Sevilla.
Ésta, la del periodismo, es la profesión más hermosa. La nuestra es una tarea que consiste en intentar cambiar el mundo, o al menos mejorarlo, utilizando las palabras como herramienta. Cuando los periodistas hablamos de periodismo en público, no es para mirarnos al ombligo, en la mayoría de las ocasiones. Por el contrario es alzar la voz para que los ciudadanos, verdadera meta de esta profesión, sean conscientes de lo que se juegan. Su libertad. Su desarrollo como individuo y por supuesto, en sociedad.
Este año se ha nombrado “Socio de Honor de la APS” a Manuel Cadaval, número dos de la entidad. Los premios han ido a parar al “tándem” formado por Pepe Barahona y el fotoperiodista Fernando Ruso. Y al “todo terreno”, Pedro Lázaro de Canal Sur Tv.
Sin embargo, me van a permitir que me centre en las menciones de esta edición. Se trata de la figura del periodista de gabinete de prensa. María Luisa Roldán y Luis Gresa, responsables de prensa de la Confederación de Empresarios de Sevilla y de la ONCE en Andalucía, respectivamente; son los nombres propios que han servido para dar voz a una modalidad del periodismo no siempre reconocida y no sólo por los receptores, sino fundamentalmente por los propios compañeros.
Luis Gresa acertó en sus palabras de agradecimiento al recoger la mención cuando indicó que el periodista de gabinete “renuncia al legítimo ego profesional de la firma, para dar mayor notoriedad al titular”.
En el océano enfurecido de la información, entre los millones de ítems, de noticias que barren la playa de la atención del lector, del oyente, del telespectador, los periodistas de gabinete trabajan para dar visibilidad a la labor que desempeñan miles de personas en instituciones y empresas. Ellos, estos periodistas, son los que mantienen el ánimo alto de sus compañeros en sus respectivas entidades. Son los que comunican a la sociedad ese trabajo diario que va consiguiendo un mundo presumiblemente mejor. Y eso ha sido reconocido por los compañeros de profesión. El periodismo que se hace en los gabinetes de prensa, es tan periodismo como el que se hace en los medios, han dicho.
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