Cartas a Nacho

Rodolfo

Pero de Rodolfo, sí que me había preguntado en más de una ocasión qué habría pasado con él...

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Rodolfo ha aparecido en Kenia. A diferencia de otros españoles que prefirieron emigrar a los países del centro y el norte de Europa o incluso a algunos de América, Rodolfo lo ha hecho a Kenia.

Corrían los años 70 en una España negra y aburrida y surgió de Cuenca “Mary Carmen y sus muñecos”. Durante mucho tiempo ventrílocua oficial de las galas televisivas de fin de año. Entre sus personajes, no podemos olvidarnos del irreverente pato Nicol, de la repelente niña Daisy, de la entrañable doña Rogelia y del melancólico león Rodolfo, que conforme fue avanzando la Transición política fue poco a poco “saliendo del armario”. La propia Mary Carmen declaraba en las entrevistas de la época que la censura le impedía sacarlo en televisión y que sólo lo hacía en las galas de los teatros. “Es que Rodolfo se tiene que ir a la mili”, justificaba.

Aunque Rogelia y Nicol fueron, sin duda, los personajes estrella, mi preferido fue siempre Rodolfo. Tierno y dulce, fue un incomprendido y hasta sobreexplotado por su creadora. No pasó de becario del espectáculo.
Desapareció Mary Carmen, y también lo hicieron sus muñecos. No quiero preguntar por Rogelia. Por ley de vida me imagino qué pasó con ella. Tampoco por el pato Nicol; el desastre medioambiental lo estará sufriendo como pocos, y por Daisy, aquella presuntuosa niña. Supongo que encontraría un buen trabajo en una multinacional. Pero de Rodolfo, sí que me había preguntado en más de una ocasión qué habría pasado con él.

La semana pasada fue noticia la imagen tomada por el fotógrafo Paul Goldstein de dos leones machos en posición de apareamiento en el parque natural Masai Mara de Kenia. Tras ver la imagen, el responsable de la cosa del Instituto de Películas de Kenia, un señor llamado Ezekial Mutua, atribuyó la dudosa actitud de los animales al comportamiento del turismo gay, que por lo visto invade las selvas africanas. “Estos animales necesitan asesoramiento porque probablemente han sido influenciados por homosexuales que han ido a los parques nacionales y se comportaron mal”, señaló. No sé si fue la foto o las declaraciones del “mandamás” keniata, lo cierto es que aquello corrió como la pólvora por las redacciones de los medios de todo el mundo y por las inevitables redes sociales.

Pobre Rodolfo, tan melancólico y tan tímido y tras huir de la incomprensión de aquella España gris y absurda en busca de una vida más natural, va y lo pillan haciendo “cruising” en la selva en una aburrida tarde otoñal. Nunca fue protagonista. Nunca fuimos justos con Rodolfo.

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