Campo de Gibraltar

Alejandro Larios, vitalismo y plasma de La Línea contra el Covid-19

El entrenador personal linense, que superó la enfermedad, subraya la importancia de donar para combatir la pandemia

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  • Alejandro Larios, al donar. -

Las autoridades sanitarias insisten en sus mensajes sobre la pandemia en la importancia de los donantes de plasma hiperinmune, esto es, obtenido de la sangres de pacientes que han superado la Covid-19. Es el caso de Alejandro Larios, entrenador personal de La Línea que este lunes donó plasma en Cádiz para ayudar a combatir la pandemia.

Alejandro destaca el desconocimiento que existe entre la población de la importancia de la donación de plasma hiperinmune, pese a lo sencillo del proceso. “Yo me hice, por mi cuenta, una prueba de serología y me salieron muy altos los valores de inmunidad. Al ver el resultado llamé al centro de transfusiones de Jerez y me citaron en Cádiz para donar”, explica.

“Es una prueba muy sencilla e indolora. Son tres ciclos los que hace la máquina y luego te vuelven a inyectar la sangre. Notas algo de cansancio, te recomiendan no hacer deporte ese día, pero es indolora”, narra este entrenador linense, que anima a todos aquellos que hayan superado la Covid-19 y reúnan las condiciones a hacerlo.

“Cuando fui pensé en mis padres, que, aunque no lo han pasado tan mal como otras personas de su edad con el Covid, pensaba que sí podría haber sido así y que si donando puedo ayudar a salvar una vida, ¿Por qué no voy a hacerlo?”, señala Alejandro, uno de los héroes anónimos que aportan su propia sangre para combatir la pandemia.

El entrenador personal reclama esa actitud altruista de más gente como el mejor arma contra esta enfermedad que asola el planeta. “A mi no me conviene perder dos días, como ha sido mi caso, yendo a Cádiz, porque me perjudica en el trabajo, por ejemplo. Pero es importante ayudar y si mi caso sirve para concienciar a la gente para que ayude donando plasma, pues mejor”.

En su caso, se ha convertido en donante de plasma al segundo intento. La primera vez no pudo: “Justo antes de la pandemia estuvo de viaje en Costa Rica. Por eso el primer día que fui a Cádiz no pude donar, porque debido a ese viaje tenían que hacerme pruebas para comprobar que no me había contagiado de ninguna enfermedad tropical”.

 

Superado

Alejandro superó la Covid-19, al igual que sus familiares más directos. “Lo pasé a principios de noviembre. Lo pasamos mi novia, embarazada, mi padre y mi madre. Curiosamente, mis padres, que tienen más de setenta años, fueron casi asintomáticos. Sin embargo, tanto yo como Ana, mi pareja, lo pasamos peor”, recuerda el ahora donante.

Eso sí, aunque superado, el Covid le ha dejado secuelas: “Me está repercutiendo ahora a la hora de volver a la actividad. He perdido unos cuatro kilos, aún no he recuperado la capacidad pulmonar, noto la fatiga e incluso tengo dolores musculares”, explica.

Alejandro está empezando ahora un negocio por cuenta propia. Aquí la pandemia le prestado algo de ayuda. “Dentro de lo malo, me está dando una oportunidad. Mucha gente está haciendo deporte online, porque los gimnasios están cerrados o hay gente con miedo a ir cuando han estado abiertos”, comenta.

En cuanto al uso de la mascarilla para hacer deporte, un asunto en el que ni siquiera las autoridades sanitarias terminan de aclararse, Alejandro apela a la lógica: “Creo que lo más importante  es el sentido común. Si estás en una zona concurrida tienes que llevar mascarilla. Hay que buscarse una alternativa y buscar un sitio en el que no haya gente para hacer deporte. Está claro que es incomodísimo hacer deporte con la mascarilla, pero hay que poner en una balanza si es más importante terminar con la pandemia o hacer deporte más cómodo. Es una cuestión de responsabilidad individual”.

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