Tengo un amigo sabio, pero sabio de los de verdad, con esa sabiduría que tiene el pueblo y que te da la calle.
Mi amigo trabaja en un bar, un pequeño bar de barriada, de los que pone su pizarra en la puerta. Y todos los días rellena su pizarra con todas las tapas de la jornada. Ensaladilla, caracoles, adobo, melva con morrón, etc, etc. Y, luego, en la parte de debajo de la pizarra y enmarcado como una oferta especial y entre exclamaciones, cerveza y tapa de ensaladilla, 1,50 euros.
Los que por allí vamos nos sabemos de memoria todas las tapas, pero lo de la pizarra es como un ritual que haría que al bar le faltase algo si no pusiese la pizarra.
Pero este amigo mío sabio, como digo, ha tenido una idea utilizando la misma técnica de la pizarra y que sirve para definir perfectamente la crisis. Pero no esa crisis de los grandes mercados, las deudas de los países, ni la crisis energética, no, lo que mi amigo ha puesto en su pizarra es la crisis de todos y cada uno de nosotros, la crisis de los bolsillos de los españolitos de a pié.
Ha cogido su pizarra y en la parte izquierda ha puesto una lista de productos: Un café, 1 litro de leche, 1 kilo de tomates, 1 barra de pan, 1 libro de ESO, 1 piso de 90 metros cuadrados. Junto a esta lista ha puesto los precios de esos productos en 1999 cuando todavía utilizábamos la peseta. Y luego, en una segunda columna ha puesto los precios del año 2020.
Un café ha pasado de 80 pesetas a 1,20 euros (200 pesetas); 1 litro de leche, de 80 pesetas a 0,80 céntimos de euro (140 pesetas); la barra de pan ha pasado de 25 pesetas a 0,60 céntimos de euro (100 pesetas); un piso de 90 metros cuadrados, de 18 millones de pesetas a 300.000 euros, que son 50 millones de pesetas… y así sigue la lista que mi amigo ha puesto en la pizarra hasta que en la parte de debajo de la misma ha puesto una comparativa más todavía y que resume y es la conclusión final de nuestra crisis: “ Mi sueldo era en 1999, 145.000 pesetas; en 2020, 900 euros (150.000 pesetas).
No hace falta consultar a ningún especialista para llegar a la conclusión a la que ha llegado mi amigo con su pizarra. Esto es más que suficiente para explicar el estancamiento de España. No sólo está la burbuja de la construcción, ó del precio disparatado de la vivienda, sino que estamos ante el euro que ha elevado de forma artificial los precios de todo, multiplicándolo por tres ó por cuatro, mientras los sueldos permanecen congelados.
La pizarra de mi amigo no engaña.
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