Hoy no les voy a hablar de política, sino de personas extraordinarias. Siempre he pensado que en muchas ocasiones -más de las debidas- la sociedad civil suple las ausencias de las administraciones públicas. Personas y colectivos que entregan sus vidas, sus razones de ser y sus sueños al servicio del bien común, renunciando así a las lógicas y naturales aspiraciones personales, profesionales e, incluso, afectivas que merece cualquier hombre o mujer. Suelen ser ejemplos solidaridad y altruismo formidables, en ocasiones al límite, que los medios de comunicación sacan de vez en cuando del ostracismo y del ejercicio de humildad permanente que les caracteriza a todos.
Este pasado sábado, tuve la suerte de conocer a algunas personas que me reafirman en mi reflexión de inicio, como Manoli Serrano, una madre coraje, vecina de Torredonjimeno que ha superado sola una vida llena de obstáculos. Mientras trabajaba en una panadería, cuidó durante 14 años a su madre con alzheimer sin dejar de entregar felicidad y atenciones a su hijo Pablo, que padece diversas discapacidades físicas y psíquicas. “Soy una madre normal que ha hecho lo que hubiera hecho cualquier madre”, dijo al recibir el Premio Ejemplo de Vida que la empresa Campiña Digital le entregó en la V Gala de Reconocimiento Social. Su hijo le replicó: “No, eres la mejor madre del mundo. Si volviera a nacer, querría que fueras otra vez mi madre”. En efecto, Manoli es una madre valiente como otras muchas que no caen en el lamento ante el olvido de las instituciones y sortean los obstáculos sin perder la sonrisa.
Otro ejemplo es el de un emigrante que me enfrenta a mí, como a tantas familias andaluzas, ante la historia de nuestros mayores que huyeron del hambre, la guerra o la persecución franquista para garantizar el sustento y la seguridad de sus allegados. Les hablo de Cosme Cámara, padre de seis hijos, quien sepasó media vida trabajando solo en Alemania y Francia hasta que en 1978 pudo volver a España. Otros galardonados en esta gala fueron Agrimeca y Aprompsi, por dar riqueza, progreso y atenciones a muchos tosirianos y tosirianas.
El actor Antonio Banderas sentenció cuando fue investido Hijo Predilecto de Andalucía: “Para vivir la vida hay que mirar hacia delante, pero para entenderla hay que mirar hacia atrás”. Campiña Digital -con José Madero al frente- mira permanentemente al pasado de sus paisanos pensando en el presente y el futuro de esta localidad, donde tuve además la oportunidad de coincidir físicamente con mi amigo Luis Díaz Romero, un jienense de 94 años que cada lunes me regala la sabiduría y el sentido común que le han dado los años y una vida repleta de lucha y compromiso, pero ésta es otra historia que ya les contaré algún día.
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