La Taberna de los Sabios

Del ‘tomo nota’ de Díaz a la desdicha de Boadbil

Susana Díaz ha resultado afrentada innecesariamente por un Sánchez, enfermo ya de la soberbia de las alturas

Publicado: 19/03/2019 ·
22:15
· Actualizado: 19/03/2019 · 22:15
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Autor

Manuel Pimentel

El autor del blog, Manuel Pimentel, es editor y escritor. Ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

La Taberna de los Sabios

En tiempos de vértigo, los sabios de la taberna apuran su copa porque saben que pese a todo, merece la pena vivir

VISITAR BLOG

Susana Díaz, tras el trágala de las listas, ha pronunciado una frase tan rotunda como amenazadora. Tomo nota, dijo, y todos la entendimos a la perfección. Tomo nota, una sentencia contundente como un proyectil, que bien podría haber venido firmada por la sabiduría siciliana de don Corleone. Se otean aires de venganza en el horizonte, cebados por el largo memorial de agravios. Algunos periodistas, al referirse a nuestra expresidenta, utilizaban el sobrenombre de la Sultana. No se partían la cabeza con el mote, desde luego, pero la actualidad nos retrotrae al tiempo de los sultanes verdaderos, que también sufrieron el amargor de la derrota y la venganza.

Tiempos aquellos en el que los monarcas resultaban apellidados por los juglares, como Fernando III, el Santo, o Alfonso X, el Sabio. No todos los motes fueron tan benignos. Algunos, pasaron a la historia como el Impotente o como la Loca. Cosas de la maledicencia cortesana, siempre dispuesta a hundir honras con la ponzoña de sus lenguas afiladas. Los reyes andaluces también tuvieron su mote, como Abderramán III el Victorioso o Almutamid, el rey poeta. Pero entre todos estos sobrenombres, el que más desgarro nos produce es el que sus contemporáneos pusieron a Boabdil, el último rey de Granada. Pasó a la historia como el Desdichado, apodo bien merecido conocida su vida desgraciada.

Su desdicha comenzó en la cuna.Boabdil no tuvo una infancia fácil. Fue hijo de Aixa, la primera favorita de su padre, Muley Hacén. Aixa y sus hijos tuvieron que soportar la humillación de resultar relegados cuando Isabel de Solís se convirtió en la nueva favorita. Con la sucesión del trono en juego, Aixa luchó con todas las armas a su alcance para garantizar la corona a su hijo Boabdil, lo que le llevaría a enfrentarse abiertamente al emir Muley Hacén, primero, y a su hermano El Zagal, después, en una cruenta guerra civil azuzada por los Reyes Católicos, beneficiarios, en última instancia, del desgaste y desgarro de la monarquía nazarí. Boabdil, muy joven todavía, fue apresado por los Reyes Católicos, para después recibir su ayuda en la lucha contra su padre y su tío. Al final resultó pírricamente vencedor. Muley Hacén, desengañado, pidió ser enterrado en el punto más alejado de los hombres y fue sepultado en el pico más alto de Sierra Nevada, hoy conocido como Mulhacén en su honor. Su tío el Zagal se exilió a Fez, donde el emir, para congraciarse con Boabdil, lo detuvo y le sacó los ojos. Pasó el resto de sus días mendigando a cambio de unas monedas para sobrevivir.

Boabdil, tras entregar las llaves de Granada, marchó primero a su señorío de las Alpujarras, donde cayó en la melancolía y la depresión. Tras morir su esposa Moraima, temeroso de un castigo de los suyos, que lo consideraban como un traidor, o de los cristianos, cada día más insolentes, decidió partir hacia Fez. Hoy descansa, al parecer, bajo una tumba sin nombre, sin ni siquiera una lápida que narre sU desdicha, olvidado de todos.

Las guerras fratricidas, de ayer y de hoy, siempre comienzan por un “tomo nota” tras la afrenta que humilla a una de las partes. Aixa y Boabdil resultaron agraviados por Muley Hacén, Susana Díaz ha resultado afrentada innecesariamente por un Sánchez, enfermo ya de la soberbia de las alturas y que ignora las sabias leyes de la historia. Siembra vientos, recogerá tempestades.

 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN