La Inspección de Trabajo, "tras comprobar que son ciertas todas las denuncias que hizo el sindicato USTEA a instancias de la AMPA sobre la dejadez de las instituciones con el Centro especifico de Educación Especial Virgen de la Esperanza de Algeciras, ha instado a solucionar las deficiencias en un plazo de cuatro meses", señala el colectivo.
Los padres y madres de los 92 alumnos escolarizados en el centro —de ellos, veinticuatro motóricos y parte del resto con movilidad reducida—, recuerdan que "se concentraron a mediados de curso unos días en la puerta del centro para solicitar la atención que no le prestaban los responsables de nuestras instituciones; la trascendencia mediática del caso originó que fueran recibidos por el alcalde y la delegada y todo fueron buenas palabras, pero como las palabras se las puede llevar el viento, con el visto bueno del AMPA pusimos una denuncia ante la Inspección de Trabajo".
"Pretendíamos que el centro fuera inspeccionado y que quedara constancia de sus deficiencias: la Inspección de Trabajo ha realizado un excelente trabajo, constatando todas las deficiencias denunciadas e instando a que se solucionen en un plazo de 4 meses, motivo por el que queremos felicitar a la Inspección de Trabajo por su buen hacer y al AMPA por ser padres y madres ejemplares en la lucha por una educación pública de calidad para sus hijos e hijas y esa es una de las señas de identidad de USTEA", apuntan.
Recuerdan que "el centro se inauguró en 2010 y ya desde el 2011 aparecieron grietas y daños estructurales. Al no ser estos reparados, con el paso del tiempo se fueron acrecentando, y a esto se une el deficiente mantenimiento del centro, que tiene patios con rampas, grietas y unos exteriores poco cuidados".
"Con las lluvias de este invierno, en un centro con tantas deficiencias, según nos contó la vicepresidenta del Ampa, el sótano se había inundando generando humedades e insalubridad. Además de las lluvias, el invierno ha sido duro en cuanto a temperaturas, y la calefacción del centro lleva dos años sin utilizarse por estar el tanque de gasoil roto, lo que además del frío que sufren niños y niñas que van en sillas de ruedas supone que no se pueda utilizar la piscina terapéutica", alegan.
"Si bien es cierto que la Inspección de trabajo solo entra en aspectos de salud laboral, desde USTEA CÁDIZ queremos que se aproveche este momento para que también se dote al centro de un monitor por aula y un fisioterapeuta más, demandas compartidas por padres y madres y que vendrían a ampliar la plantilla del personal del centro, una plantilla que es alabada por padres y madres pero que se ve continuamente desbordada", concluyen.
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