Rafaelle Pandalone es desde la noche del martes el nuevo presidente de la Real Balompédica Linense. El italiano, vicepresidente en los últimos meses de Alfredo Gallardo como presidente, presentó la única candidatura al cargo.
El empresario romano llega con los pies en el suelo, aunque con ambición. En su primera comparecencia admitió que enero es un mes complicado para empezar por estar en periodo de fichajes. En ese sentido cerró la puerta, salvo necesidad extrema, a nuevas llegadas tras las de Ozcan y Elías. Además, ha atado a Stoichkov hasta 2020, después de que el Murcia se interesase por él. En el capítulo de bajas solo Dennis saldrá de la plantilla, aunque “la última semana de enero siempre puede pasar algo”, dijo.
Pandalone se ha marcado también dos grandes objetivos en el plano deportivo. Uno de ellos, volver a formar un filial. “Me gustaría contar con un filial para que le dé oportunidades a los chavales del aquí. Creo que es fundamental”. También aspira a “formar un equipo de trabajo a nivel deportivo, con trabajo de scouting que funcione todo el año”.
En cuanto a su directiva, salvo la presencia de Mario Galán como director general, no está formada, algo que espera resolver la próxima semana “con gente de La Línea que lleve a la Balona en el corazón”. El otro gran objetivo institucional es la conversión en Sociedad Anónima Deportiva. Además, la gran “ilusión” es el ascenso a Segunda, pero huye de promesas.
Sobre su predecesor, dijo que “tengo mi propia visión”, pero espera que “el día que me vaya me gustaría que me despidieran con el mismo cariño y admiración que a él”.
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