Las barreras contra el narcotráfico que se instalaron el pasado mes de noviembre han sufrido su segundo sabotaje en cuatro meses de funcionamiento, después de que en la madrugada de ayer cortaran las mismas barras laterales, las centrales, que ya seccionaron el pasado mes de febrero con una radial, facilitando el paso de embarcaciones pequeñas por la barrera.
Los hechos se produjeron en la madrugada de ayer, y han vuelto a poner de manifiesto la vulnerabilidad de la estructura, de 25 pilotes de hormigón unidos por dos barras laterales de hierro.
El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Agustín Muñoz, aseguró ayer que ya se ha activado el procedimiento para reponer los listones transversales saboteados para que la barrera pueda volver a estar operativa.
Sin embargo, el presidente de la coordinadora comarcal antidroga Alternativas, Francisco Mena, se preguntaba ayer “si pondrán las barreras definitivas o harán un apaño provisional, como se hizo el pasado mes de febrero, y que es lo que ha facilitado este nuevo corte, ya que eran de menor grosor”.
El nuevo sabotaje ha abierto una nueva brecha en la seguridad que creó esta barrera. No obstante, el subdelegado del Gobierno aclaró que, inmediatamente, se han activado más patrulleras para incrementar la vigilancia en la zona y evitar que las lanchas rápidas de los narcotraficantes puedan trasegar por este río hacia los “narcoembarcaderos”.
Un espacio estrecho
Pese a la “indignación y preocupación” que producen sucesos como este, el presidente de Alternativas, Francisco Mena, aclaró que el espacio que se crea rompiendo las barreras entre pilotes no es suficiente para el paso de las grandes embarcaciones semirrígidas del narcotráfico.
“Es verdad que en el ancho de las barras transversales que unen pilote con pilote no cabe una embarcación grande, una semirrígida. Que no es que ahora estén entrando y saliendo. Entra una moto o una goma, pero no una semirrígida, porque la distancia entre pilote y pilote no lo permite”, aclaró Mena.
Sin embargo, insistió en pedir “una solución para estos actos de sabotaje que crean indignación y alarma social”.
Cámaras para no hacer el hazmerreír
El presidente de Alternativas, Francisco Mena, ha lamentado la sensación de “impunidad” que ha vuelto a producir el nuevo sabotaje. En este sentido, ha recordado que “ya cuando se planteó la barrera, temíamos que pudiera ocurrir algo similar, y propusimos que tuvieran un sistema de vigilancia”.
El dirigente asociativo destaca que “en la carretera, una cámara sobre un poste con una placa solar y una tarjeta de internet manda la señal a donde tú quieras”, por lo que considera que de una manera sencilla la barrera “se podía haber conectado con el SIVE, que tiene vigilancia 24 horas, y tendría una cámara más”.
Mena ahonda en que dicha petición “la volvimos a decir en el primer sabotaje. Al final, terminaremos siendo el hazmerreír. Aquí, cada vez que les parezca, las van a cortar, porque no se puede tener una pareja vigilando 24 horas, como estaban ayer con un vehículo”.
No obstante, recalcó que la lucha contra el narcotráfico “no se circunscribe al blindaje del Guadarranque”, que si bien “es verdad que era una zona de actividad y aprovisionamiento”, la instalación de la barrera “ha producido que se desplacen a otros lugares como Palmones o La Atunara”.
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