Román abrió el acto presentando al coordinador del proyecto, y dando paso a un vídeo en el que se repasaba, a través de imágenes, la tradición vitivinícola y salinera de la ciudad. En él también se esbozaba qué se pretende hacer para convertir en realidad este nuevo enclave.
Una vez finalizada la proyección, el alcalde explicó la importancia de que Chiclana cuente con un Museo del Vino y la Sal, por cuanto “se trata de dos elementos que forman parte esencial de lo que somos. Si queremos avanzar hacia el futuro no podemos dejar de lado el pasado”, dijo.
El futuro museo, que se situará en la bodega Collantes, en la calle Concepción, aunará tradición y modernidad. No en vano en él se podrán encontrar desde antiguas piezas hasta deuvedés en los que se muestren la actual realidad del sector.
Tras la explicación del alcalde, el coordinador del Museo pasó a mostrar numerosas imágenes de museos de toda España de similares características, algunos de ellos con un reconocimiento internacional muy importante, como el de Vivanco (La Rioja). Un amplio recorrido para conocer, como punto de partida, qué se ha hecho en otras ciudades españolas cuando se ha emprendido un proceso similar al que ahora inicia Chiclana.
El alcalde, no obstante, insistió en que el “museo va a ser como los chiclaneros quieran que sean”. Y dio paso al turno de preguntas y sugerencias. Aunque en un principio costó que alguien se arrancara, finalmente uno de los presentes rompió el hielo interesándote por la forma en la que los chiclaneros pueden participar. Así pues cualquier interesado en aportar ideas, material o sus experiencias, puede hacerlas llegar a través de la dirección electrónica, museodelvinoylasal@chiclana.es.
Los participantes en el acto, entre los que se encontraban numerosos representantes del sector del vino y la sal, se interesaron también por los plazos de ejecución del proyecto, por la opción de ampliar el Museo al sector de la almadraba y la pesca tradicional, y hasta por la actual situación vitivinícola, con el problema de los excedentes.
Entre pregunta y pregunta, se sucedían las felicitaciones por el proyecto.
Antes de un mes estará conformado un grupo de trabajo que se encargará de aunar las ideas de cuantos deseen participar, además de ir dándole forma a las diferentes dependencias que tendrá el Museo y a su contenido.
El alcalde no puso plazos para la apertura del enclave, aunque se refirió a un periodo de entre “dos a cuatro años”, teniendo en cuenta lo laborioso del trabajo que es preciso desarrollar. Román se refirió, no obstante, a que ya se han dado pasos muy importantes, como la adquisición del espacio donde se situará el Museo, además del nombramiento de un coordinador y los numerosos contactos establecidos con representantes de los sectores para que conozcan la idea.
Por último, el alcalde apuntó que “muchas veces no apreciamos lo nuestro. Nos encontramos a visitantes haciendo fotos del nido de la cigüeña sobre el campanario y nos sorprendemos. No damos a las cosas su importancia real, porque las vemos todos los días. Creo que algo parecido nos pasa con el vino y la sal, no sabemos apreciar la calidad y la importancia que tienen y, desde un punto de vista turístico, resulta fundamental para una ciudad como Chiclana”.
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