La migración anual de aves planeadoras de Europa a África a través del Estrecho de Gibraltar ha batido récords históricos este verano, al censar los observadores de la Fundación Migres el paso de 466.000 aves, la mayor cifra registrada en los veinte años que llevan realizando estas observaciones.
Este récord podría responder a la recuperación de las poblaciones europeas de las especies planeadoras -rapaces y cigüeñas- y al fuerte viento de Levante de este verano, que obliga a estos pájaros, de gran envergadura, a volar más bajo, lo que facilita su conteo, según ha explicado a Efe el coordinador de la Fundación Migres para el seguimiento de esta migración, Alex Onrubia.
La mayoría de las aves europeas realizan dos grandes migraciones anuales: la denominada prenupcial, en primavera, cuando vuelan de África a Europa para reproducirse, y la postnupcial, en verano y otoño, cuando regresan al continente africano para invernar, junto a los ejemplares juveniles nacidos en tierras europeas.
Onrubia ha explicado que los censos de la migración postnupcial de los últimos veinte años reflejan el paso medio de unas 300.000 aves planeadoras, cifra que en esta temporada se ha disparado hasta las 466.000, una vez depurados los 520.000 ejemplares iniciales contados, para evitar duplicidades y errores.
Las aves contadas se dividen entre 131.000 individuos de dos especies de cigüeñas y 334.000 rapaces, pertenecientes a 33 especies diferentes.
Las especies más comunes han sido el milano negro (147.000 individuos), la cigüeña blanca (126.000), el halcón abejero (97.000), el águila calzada (43.000) y el águila culebrera (29.000).
Onrubia explica que el fuerte Levante ha soplado casi todo el verano en el Estrecho ha podido "influir" en este aumento de un 50 por ciento del número de aves censadas, porque vuelan más bajo que con vientos más suaves, con los que se desplazan a gran altura, pero no lo considera "determinante".
En su opinión, este incremento se explica por la recuperación de las poblaciones europeas de rapaces gracias a la prohibición de su caza en las últimas décadas en Europa, donde llegaron a ser consideradas alimañas; la extensión de zonas forestales por el abandono de cultivos; y la creación de espacios protegidos.
En el caso de las cigüeñas, su adaptación a los vertederos como fuente de alimentación ha incrementado sus poblaciones.
Onrubia también apunta que algunas especies "están ampliando su radio de acción, como consecuencia del cambio climático, como ocurre con las águilas culebrera y calzada, que cada año colonizan territorios cada vez más al norte de Europea".
Ha valorado especialmente el "espectacular" aumento registrado este verano en el número de alimoches censados (4.400 ejemplares) y de cigüeñas negras (4.900), pues son datos "esperanzadores" para la recuperación de ambas especies, muy amenazadas.
Además ha destacado el paso histórico, por su abundancia, de 18.500 abejarucos, que contrasta con los datos muy bajos de ejemplares de cuatro especies de vencejos y de cinco de aviones y de golondrinas.
También se han censado decenas de garzas y de espátulas; 37 ibis eremitas, una especie recientemente reintroducida en Andalucía y muy amenazada en Marruecos; decenas de miles de ejemplares de seis especies de fringílidos y de otras dos de gorriones.
Un hecho climatológico que ha influido en la migración postnupcial del Estrecho ha sido que la primavera fuese muy lluviosa en Europa, pues retrasó la nidificación y la cría, y explica el retraso de entre una semana y diez días registrado en el paso de numerosas especies, según Onrubia.
Los especialistas de la Fundación Migres han identificado este verano nuevos avistamientos en el Estrecho de rapaces casi desconocidas en España, porque emigran a África por el Estrecho del Bósforo o por el Cáucaso, como han sido los casos de ejemplares de águila pomerana, águila moteada y águila esteparia.
Este verano han sido cincuenta los especialistas y voluntarios de la Fundación Migres que han seguido la migración postnupcial a través del Estrecho de Gibraltar, desde el 5 de julio hasta el 16 de octubre, en tres observatorios repartidos en el litoral de los términos municipales gaditanos de Tarifa y de Algeciras.
Onrubia ha destacado la importancia de estos censos no sólo porque acumulan ya veinte años de una valiosa información científica sobre uno de los fenómenos ornitológicos más importantes de Europa sino porque las aves son un "excelente indicador" del estado de salud de la naturaleza y de los cambios en los procesos naturales.
Además, "actúan como centinelas de fenómenos como el cambio climático", ha subrayado.
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