La compañía naviera Acciona Trasmediterránea, una de las que opera en las rutas del Estrecho, envió el pasado año al menos a siete de sus buques para realizar paradas técnicas y reparaciones en los astilleros de Gibraltar.
Así lo indicaron fuentes cercanas a la empresa, que detallaron que los barcos que recalaron en las instalaciones gibraltareñas durante ese periodo fueron los ferries Las Palmas de Gran Canaria, Super Fast Galicia, Murillo, Zurbarán, Alborán, Millenium II y Milennium III. En algunas ocasiones se trataba de simples limpiezas de casco, y en otras de averías, indicaron las mismas fuentes.
En base a estas informaciones, y si bien “en casos puntuales” se habría seguido llevando a los buques a astilleros españoles, la tendencia había sido, “sobre todo en los últimos tres años”, ir abandonando progresivamente a los puertos nacionales para recalar, con más frecuencia, en el del Peñón. Ya la revista Interviu, en octubre del año pasado, daba cuenta de estas prácticas, aludiendo a que buscaban las ventajas fiscales de Gibraltar.
Este diario pudo comprobar, en cualquier caso, que actualmente ningún barco de Acciona Trasmediterránea se está reparando en el Peñón, tal y como dice la compañía.
La firma lo reconoce
La propia Acciona Trasmediterránea reconocía, a preguntas de este diario, que las reparaciones “se realizan en astilleros españoles y también de Gibraltar”, si bien eludieron responder a con qué frecuencia se elegía antes la opción británica que la española y sobre los siete buques antes mencionados.
En cuanto a las razones de elegir el puerto extranjero, reconocen que entre las mismas están las “económicas”, si bien hablaron también de “disponibilidad de dique” o cuestiones meramente “operativas”.
Sin embargo, quisieron dejar claro que, “en el caso de las reparaciones en Gibraltar”, Trasmediterránea “contrata con empresas locales de Algeciras y Cádiz”.
El Departamento de Compras de Acciona Trasmediterránea es la que contrata con estas empresas y talleres, “que deben cumplir el procedimiento de homologación y evaluación para toda la cadena de suministro”, es decir, los proveedores, y que todas estas firmas “son españolas”. Agregó a este dato que factura “directamente el 70% del trabajo de las paradas técnicas y reparaciones realizadas en astilleros: trabajos mecánicos, hidráulicos, eléctricos, habilitación, mantenimiento, etc.”, y que el 30% restante corresponde a tareas propias del astillero.
Además, Trasmediterránea recuerda que renovó su flota en astilleros españoles, y que fue Navantia la que construyó los buques más modernos de la compañía: dos buques Rol-on Roll of de carga rodada, el superferry Fortuny y el Murillo (precisamente uno de los que se cree que ahora arreglan en Gibraltar).
Esta política de las grandes empresas españolas de no encargar sus pedidos a los astilleros nacionales no es exclusiva de Acciona. Gas Natural y Repsol protagonizaron la polémica del último trimestre del año al saberse que los astilleros de Japón y Corea serían quienes construirían cuatro buques gaseros en detrimento de Navantia.
El armador noruego Knutsen y el español Elcano se decantaron por Asia debido a motivos "técnicos y económicos".
El contrato supera los 650 millones de euros que no servirán para aliviar las maltrechas arcas de la empresa perteneciente a la SEPI. El asunto levantó un gran revuelo mediático, con numerosas críticas por parte de partidos políticos y trabajadores de Navantia por el nulo patriotismo de estas firmas, anteriormente públicas.
La presión del PP y del Gobierno hizo que Gas Natural encargara a Knutsen un quinto gasero para que lo hiciera Navantia.
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