La Audiencia Nacional estudia el miércoles si prorroga la prisión provisional de Yassine Kanjaa, pendiente de ser juzgado por asesinar al sacristán Diego Valencia y herir gravemente a un sacerdote con un machete en un ataque de carácter yihadista en dos iglesias de Algeciras (Cádiz), el 25 de enero de 2023.
El acusado, de nacionalidad marroquí, se encuentra ingresado en un centro psiquiátrico penitenciario de forma preventiva y se ha sometido a diferentes exámenes psiquiátricos a lo largo de la causa.
La Fiscalía ha pedido que se le prorrogue la prisión provisional que está cumpliendo en dicho centro al vencer este próximo mes de enero el plazo de dos años en situación de preso preventivo, y que la ley permite ampliar por un límite máximo de dos años más, han informado a EFE fuentes jurídicas.
Su defensa por contra pedirá que se le ponga en libertad mientras se señala el juicio, según las fuentes consultadas.
La sección primera de lo Penal de la Audiencia Nacional celebrará el miércoles una vista del artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) para escuchar las alegaciones de las partes (también está personada la Asociación Víctimas del Terrorismo, que pide para el 58 años de prisión) y decidir si accede a la petición de la Fiscalía de prorrogarle la prisión provisional.
La Fiscalía presentó en marzo su escrito de acusación por esta causa, en el que pide para Kanjaa 50 años de cárcel: 25 por un delito de asesinato terrorista, otros 15 por ese mismo delito en grado de tentativa, y 10 años más por lesiones terroristas.
En el ataque, perpetrado con un machete de grandes dimensiones y al grito de Alá en la parroquia de San Isidro y en la iglesia Nuestra Señora de la Palma, fue asesinado el sacristán Diego Valencia y herido gravemente el sacerdote Antonio Rodríguez Lucena, que falleció meses después del ataque.
Kanjaa residía en Algeciras, al menos desde junio de 2022, cuando fue identificado por agentes de la autoridad, que comprobaron que había entrado irregularmente en España y carecía de documentación, lo que motivó que se le abriera un expediente para proceder a su expulsión.
Meses antes del ataque, el acusado había experimentado un proceso de radicalización y "eligió los lugares de su acción" para atacar a sus dos víctimas "con la intención de ocasionarles la muerte, con la finalidad de aterrorizar a los cristianos".
Tras su detención, le fue detectado un cuadro psicótico de probable filiación esquizofrénica y que afectaría muy severamente a sus capacidades volitivas e intelectivas, si bien éstas "no estaban totalmente anuladas por su enfermedad", sostiene el fiscal.
Antes del ataque, entró en la iglesia de San Isidro e increpó a una persona. Después se dirigió a su domicilio, apagó el móvil, lo guardó en un cajón, cogió un machete y salió de nuevo.
Tras cruzarse con el sacerdote que resultó herido más leve, al que abordó por detrás y logró huir, entró a la iglesia de San Isidro cuando se estaba celebrando misa.
Se dirigió al altar y el sacerdote Antonio Rodríguez, intentó salir de la iglesia, pero Kanjaa le persiguió y le golpeó, provocando que cayese al suelo, momento en el que le asestó con fuerza un golpe con el machete en la nuca, hiriéndole gravemente.
A continuación, el acusado salió y se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, donde se encontró con el sacristán Diego Valencia.
Fue hacia él y comenzó a golpearle con el machete. El sacristán trató de protegerse y salió de la iglesia, mientras el acusado le perseguía y le golpeaba con el arma hasta que su víctima cayó al suelo en el centro de la Plaza Alta de Algeciras.
Ahí, el acusado le propinó "dos golpes fuertes con el machete, uno en el cuello y otro en la cabeza", que le causaron la muerte.
Posteriormente, y tras intentar entrar en otro templo situado en la Plaza Alta, se dirigió al "Mirador del Muro", donde finalmente dejó el machete en el suelo y se arrodilló, momento en el que fue detenido por agentes de la Policía Local.
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