Acerinox: crónica de una huelga anunciada

Publicado: 02/02/2024
A las diferencias en la negociación del convenio entre 2023 y 2024, hay que sumar el historial reciente de ERTEs contra la plantilla con millonarios beneficios
Los trabajadores de Acerinox han votado por aplastante mayoría ir a la huelga tras la convocatoria realizada, días atrás, por el sindicato ATA de manera independiente al comité de empresa, que, tras conocer el respaldo mayoritario de la plantilla, también se ha sumado en las últimas horas.

Estos paros, que comienzan el próximo lunes, 5 de febrero, a partir de la entrada del turno de las 6.00 horas, son el resultado del enquiste progresivo del proceso negociador del nuevo convenio colectivo, un ‘diálogo’ que se ha producido de manera intermitente a lo largo del año 2023 y el inicio de 2024 sin más resultado que comprobar lo distantes que están, en estos momentos, las posturas de la empresa y los representantes de los trabajadores.

Pero esta huelga no es solo el resultado de una negociación fallida del convenio. Los trabajadores de Acerinox llevan ya mucho tiempo soportando el peso de las dudosas decisiones de la compañía, siendo víctimas, primero en la pandemia y después con el contexto de la guerra de Ucrania como excusas, de unos expedientes de regulación temporal de empleo que han afectado a sus condiciones laborales hasta el pasado mes de diciembre.

Todo ello, mientras la empresa presentaba, cada cierto tiempo, datos económicos altamente positivos en cuanto a sus números globales, si bien sus responsalbles nos han ido vendiendo siempre que la factoría de Palmones es la que realmente va mal. Solo entre enero y septiembre del año pasado, la acería anunciaba un beneficio de 348 millones de euros, cifras muy en positivo a pesar de que suponían unas ganancias un 53% inferiores a las del mismo periodo del año anterior. Aquel 2022 terminó con 556 millones de beneficio. Durante ese año, en el que mantuvo un Expediente de Regulación de Empleo aplicado a la totalidad de la plantilla con merma para el salario de los trabajadores, Acerinox registró  los  que desde la compañía califican como mejores resultados de su historia.

Diferencias irreconciliables
Las principales diferencias entre las partes se encuentran, por un lado, en las exigencias de disponibilidad de la plantilla que tiene Acerinox, hasta el punto de que reclamaría que el personal se coja las vacaciones en periodos de ERTE cuando estos les sean concedidos a la acería, una situación que en los últimos años ha sido muy frecuente y que, de hecho, se seguía dando en 2023 hasta el pasado mes de diciembre; por otro lado, la constitución de retenes de trabajadores obligatorios en los que el personal tendría que estar, mientras disfruta de sus descansos, permanentemente pendientes del móvil, con una compensación que para ATA es “mísera”. A ello hay que sumar la negativa de la empresa a adaptar los salarios al incremento del coste de la vida con el IPC y la disponibilidad de días de descanso del personal en compensación cuando por distintas razones se pare la actividad de la acería.
 

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