La familia de Alejandro Moreno, el joven tarifeño que, a causa de una presunta negligencia médica en el Hospital de La Línea, permaneció en coma durante aproximadamente un mes tras sufrir un ictus, ha clamado este jueves por justicia a las puertas del Hospital Punta de Europa.
Una amplia representación de los allegados del joven, entre ellos sus seis hermanos, su madre y su sobrina, arropados por la Coordinadora Comarcal en Defensa de la Sanidad Pública del Campo de Gibraltar y ciudadanos anóminos, que sumaban unas 50 personas, respaldó la concentración, en la que reclamaban que casos como el de Alejandro no sucediesen "nunca más". La mayoría de los asistentes portaban camisetas con el rostro de Alejandro Moreno impreso en solidaridad con la familia.
Naomi Moreno, sobrina del afectado, dio nuevos datos acerca del estado del afectado, confirmando que hace un par de semanas abrió los ojos, pero que está ante una recuperación lenta y la seguridad de que "no va a ser el mismo". De igual modo, critican que el SAS no les permite la asistencia de un fisioterapeuta privado para iniciar inmediatamente la rehabilitación que Alejandro necesitaría por las secuelas del infarto cerebral que sufrió el 25 de octubre pasado, dando origen a esta situación.
Alejandro ingresó, acompañado por su cuñado y tras avisar a su hermana Luz María, en el hospital linense y permaneció cinco horas, sufriendo hasta un desmayo, tras haber presentado, según su propio relato previo al empeoramiento de su estado, problemas de movilidad en las extremidades del lado izquierdo de su cuerpo y de visibilidad de un ojo, así como para comunicarse. En un audio que le pasó a los familiares, manifestaba las dificultades que había tenido para contactar con su hermana e incluso que sospechaba estar sufriendo -como efectivamente le ocurría- un infarto cerebral.
Tras una insistencia que la familia considera mayor a la normal de que pudiera estar bajo la influencia de sustancias tóxicas, una cadena de supuestas negligencias médicas y la tardanza en realizarle ciertas pruebas llevó a que, tras perder el conocimiento, se le practicase una prueba que detectó el problema, teniendo que ser operado de urgencia, tras ser trasladado en ambulancia por no disponibilidad del helicóptero,ya a vida y muerte y con mal pronóstico.
Tras más de un mes en coma en la cuarta planta del Hospital de Algeciras, su familia relató que había abierto los ojos y tenido ciertos signos de movilidad para poder mínimamente comunicarse, pero temen que su estado no volverá a ser como antes del ictus.
La familia, que asegura que el SAS no les ha contactado ni para ofrecerles ayuda, asegura que está preparando la presentación de medidas legales contra el SAS por la cadena de supuestas negligencias que habrían desembocado en esta situación. Al mismo tiempo, anuncian que continuarán con las movilizaciones con el apoyo de la coordinadora comarcal.