En un mundo donde el
transporte rápido y eficiente es esencial, los trenes eléctricos han sido una revolución, permitiendo
viajar a velocidades asombrosas con una eficiencia energética notable. Sin embargo, junto con la maravilla tecnológica de estos gigantes veloces, existen
riesgos invisibles, algunos literalmente suspendidos en el aire: nos referimos a las
catenarias. La investigación señala que el joven cordobés
Álvaro Prieto falleció al tocar una catenaria en lo alto de un tren en la estación de Santa Justa. Este término, posiblemente desconocido para muchos, es central en la operación de los trenes eléctricos y trenes de alta velocidad. Pero, ¿qué es una catenaria y cuáles son los peligros que encierra?
Una catenaria es un
sistema de cables suspendidos de alta tensión, instalados a lo largo de las vías del tren, responsables de suministrar la electricidad necesaria para impulsar estos modernos vehículos de transporte. A través de una estructura conocida como
pantógrafo, montada en el techo de los trenes, se recibe la electricidad de la catenaria, alimentando así los sistemas y motores del tren.
Sin embargo, la proximidad a estas líneas de poder supone un
riesgo de electrocución. El alto voltaje que manejan las catenarias es imprescindible para el funcionamiento de los trenes, pero también es un
peligro latente si no se toman las precauciones necesarias. Aquí detallamos algunos escenarios de riesgo:
Contacto Directo: La catenaria, cargada con alta tensión eléctrica, puede ser fatal si se intenta
tocar directamente. Aunque pueda parecer una acción poco probable, existen casos de personas que, por desconocimiento o imprudencia, han intentado manipular estos cables, exponiéndose a un severo peligro.
Proximidad: Estar cerca de la catenaria sin contacto directo también puede ser peligroso. El
potencial eléctrico es tan alto que puede generarse un arco eléctrico capaz de cubrir pequeñas distancias a través del aire, representando una amenaza incluso sin contacto físico.
Objetos Conductores: La presencia de objetos metálicos cerca de las catenarias incrementa el riesgo, dado que pueden facilitar un camino para que la electricidad llegue al suelo,
provocando así una electrocución.
Condiciones Ambientales: La lluvia y la humedad pueden incrementar la
conductividad eléctrica, aumentando los riesgos cuando se está cerca de una catenaria.