La empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), propietaria del dique Mar del Teide que el pasado sábado encalló en la playa de La Barrosa, intentó ayer sin éxito reflotar la megaestructura aprovechando la pleamar que se produjo a las 19.00 horas. Según pudo presenciar este medio, alrededor de las cinco de la tarde, tres remolcadores de gran potencia iniciaron las maniobras para poder desencallar al dique de la arena. Durante más de dos horas tiraron de él sin que éste se moviera lo más mínimo, por lo que la empresa desistió en su intento.
Al cierre de esta edición, las previsiones de FCC eran retomar la operación a las siete de esta mañana, coincidiendo con una nueva pleamar, por lo que puede que ya hoy la playa de La Barrosa amanezca sin esta gran mole en su orilla.
Pese a que la Subdelegación del Gobierno anunció días atrás que no sería hasta el viernes cuando se llevaría a cabo un intento de reflotar el dique, Capitanía Marítima autorizó ayer mismo el reflotamiento después de aprobar el plan técnico que la empresa le entregó por la mañana.
A mediodía ya se podían ver a buzos y técnicos disponiendo sobre el cajonero la maniobra de los cables de arrastre y realizando las inspecciones previas al proceso. A primera hora de la tarde todo estaba dispuesto para proceder al reflotamiento, a la espera tan sólo de que las condiciones mareales fueran óptimas.
Pese a que el punto de varamiento es una zona arenosa sin complicaciones aparentes, el reflotamiento no está resultando nada fácil, y es probable que no pueda llevarse a cabo con éxito hasta el martes, que es cuando el nivel de mareas recuperará idéntico coeficiente al que se daba durante la jornada en que se produjo el percance.
Una vez se consiga reflotar el dique, los buzos harán un examen intenso de su parte inferior para comprobar si hay daños en el sistema de flotación. Lo que es la estructura exterior no presenta afecciones de ningún tipo.
Cabe recordar que la plataforma partió el 17 de noviembre de las Islas Canarias con destino a la Base Naval de Rota, aunque a escasos kilómetros de llegar a su destino, el fuerte temporal hizo que se soltaran los cabos que le sujetaban al remolcador. Tras navegar 60 kilómetros a la deriva, terminó encallando en La Barrosa.
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