‘Upper Rock’ es el título del proyecto de la fotógrafa Camino Laguillo iniciado en Gibraltar en 2015. Se trata de un conjunto de fotografías y vídeos de los macacos del Peñón, una selección de los cuales se expone en la muestra colectiva 'Galería de Espejos. 21 miradas andaluzas', en el Museo de la Aduana de Málaga, hasta el próximo 30 de abril. Las tres piezas seleccionadas forman parte de una propuesta que aún se encuentra en fase de producción y que se concretará en la publicación de un libro.
La autora narra en imágenes una experiencia que comenzó con su primera visita al Peñón. “Siempre me ha interesado Gibraltar y lo había visitado varias veces, pero hasta mayo de 2015 nunca había subido a ver a los macacos, me parecía una mera atracción turística”, recuerda. “Lo que vi aquel atardecer me impactó: un lugar sorprendente, una atalaya de vértigo desde donde se podía observar, a través de la niebla la inmensidad del mar, la bahía, África, los barcos… Y allí, en lo alto, los macacos a sus anchas parecían observar el entorno”.
Laguillo ni siquiera tenía intención de hacer fotografías, recurrió a la cámara de forma casi instintiva. Se dio cuenta entonces de que el objetivo le permitía ver y plasmar una realidad diferente, un lugar en el que “a veces parece pararse el tiempo”. “Como los macacos son tan rápidos, la cámara, al ralentizar algunas imágenes, me permitía ver otras cosas que no podría ver a simple vista”, comenta.
Un libro caleidoscópico
El trabajo se encuentra ahora en la fase de edición de las imágenes tomadas durante las diversas visitas a la Reserva Natural y sus alrededores. El resultado es el testimonio de una experiencia que llevó a la artista a encontrar una mirada muy diferente a las fotografías que habitualmente toman los turistas a modo de recordatorios. Una Fuji pequeña, una Nikon 750, un iPhone y grandes dosis de curiosidad la ayudaron a crear una narración, a menudo inquietante, en la que los macacos se presentan con miradas casi humanas y ensimismados en sus tareas cotidianas.
“Había muchos temas que me interesaban: Gibraltar como ciudad, la gente de Gibraltar. Ahora, hace un año y medio que empecé a editar; volví a lo primero que me atrajo de aquello y que era la esencia del trabajo: una imagen antropomórfica y ambigua de un macaco, que la ves, pero no sabes exactamente lo que es y que reflejaba esa mezcla, digamos, de bestia de fábula como amenazante, por un lado, y, por otro lado, amenazada”.
Las fotografías de los macacos acabaron por ser un cauce para contar su experiencia en el lugar que la atraía una y otra vez. La fotógrafa matiza, sin embargo, que no tiene intención de definir qué es Gibraltar ni quiénes son los gibraltareños, sino tan solo de compartir su visión. “No me gustaría que se entendiera, ni mucho menos, como que yo tengo algo que hablar o decir de aquello de un modo objetivo”, recalca.
Plantea una perspectiva alejada de las fotografías rápidas, y, en ocasiones, imprudentes, de los turistas. Quería desmontar lo que consideraba una “cosificación” de estos animales que “nunca dejan de sorprender cuando se les mira con atención”, así que empezó a investigar. “El 99% de lo que encontraba era basura: noticias basura de un macaco le ha tocado las partes íntimas a una señora; un macaco ha robado...Pero son mucho más que eso, que en la mayoría de los casos son respuestas a no haber sido tratados con respeto”, explica. “Es increíble cómo tratan a las personas dependiendo de cómo les traten a ellos. Si se ríen de ellos, les hacen la jugarreta; si les respetan, es maravilloso”.
Laguillo no tenía pautas sobre cómo relacionarse con los macacos. Ha ido aprendiendo sobre la marcha y también ha contado con los consejos de Brian Gomila, de Monkey Talk, una asociación gibraltareña que organiza visitas guiadas a la reserva natural para conocer las costumbres de los macacos.
Las fotografías expuestas en Málaga son tan solo la punta del iceberg. Hay todo un trabajo en espera de salir a la luz en forma de una publicación artesanal. Las páginas de la maqueta del libro son de algodón, casi transparentes. El material - ligero y suave, pero también resistente - encaja con la idea de dualidad con la que Laguillo juega en sus imágenes de Upper Rock. Las transparencias le permiten dar dinamismo a las imágenes, de manera que pueden llegar a superponerse o crear dípticos.
El libro dará cabida a una selección de los retratos de gibraltareños realizados casi de forma improvisada, como la fotografía de un adolescente, tímido y desafiante, sentado al sol con las manos en los bolsillos, en unas escaleras de Tarik Passage. No hay estereotipos, podría ser un joven de cualquier lugar del mundo. Otras fotografías sí revelan pistas del lugar en el que fueron tomadas, como la que muestra una bandera británica con la ladera del Peñón al fondo, pero sin completar su silueta inconfundible.
Laguillo confiesa que aún tiene asuntos pendientes en Gibraltar, como una visita a las cuevas de Gorham. ‘Upper Rock’ es incluso un título provisional, que deja, de momento, la puerta abierta a continuar un trabajo que, como dice la autora, plantea infinidad de posibilidades. La fotógrafa imparte además el taller 'De la afición a la creación. Proceso creativo de un proyecto fotográfico', del 22 de abril al 4 de mayo. El curso, organizado por el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF), consta de clases presenciales, ya celebradas, en el Museo de Málaga, y online e incluye una presentación de su propia obra de principio a fin, desde ‘Inward’ hasta la maqueta de ‘Upper Rock’. La autora impartirá otro taller en Almería, cuya información estará disponible en breve en la web del CAF.
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