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¿Qué es Navidad?

Escribo hoy desde la libertad de la fe que profeso. Leía el otro día una noticia en la que se informaba sobre el número de personas muertas o desaparecidas dura

Publicado: 26/12/2019 ·
18:26
· Actualizado: 26/12/2019 · 18:26
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Autor

Rafael Cámara

Rafael Cámara es presidente de la asociación Iuventa y comisario del programa de Viva Jaén 'Jaén Genuino'

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Campillejos es un blog que trata sobre la actualidad cultural y patrimonial de Jaén y su provincia

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Escribo hoy desde la libertad de la fe que profeso. Leía el otro día una noticia en la que se informaba sobre el número de personas muertas o desaparecidas durante el año 2019 en la frontera occidental europea (básicamente la española). “Caminando Fronteras” alertaba de que habían sido 655 almas de las cuales sólo se habían recuperado 137 cuerpos. Según su portavoz una situación extremadamente dura para las familias que, al no aparecer los cadáveres, eternizan su dolor y duelo.

La Navidad es el tiempo en que los cristianos celebramos el nacimiento del Niño Jesús, la Encarnación de Dios, que se hace hombre. Es fácil imaginar a un Dios en el Cielo, apartado, desde dónde decide el qué y el cómo han de suceder las cosas. Pero plantear un Dios que se hace hombre, que se sumerge en nuestro mundo y se hace uno de nosotros, padeciendo nuestras miserias y alegrías, nuestras contradicciones… es un hecho que a los que somos creyentes debe incomodarnos y hacernos reaccionar ante la vida, conforme manifestaba un sacerdote la pasada Nochebuena. Y a mí me ha incomodado saber que 54 de los fallecidos y desaparecidos en 2019 eran niños. Tanto que llegué a imaginar al Niño Jesús naciendo en una patera.

Muchas personas, incluso desde puestos de responsabilidad, vienen lanzando mensajes sobre el tema de la inmigración que, desde luego, no son de concordia. Hablan de que desestabilizan nuestra economía local. O de que vienen a robarnos los puestos de trabajo. Apelan a la inseguridad que generan en sus barrios e, incluso, en ocasiones las acusaciones ser vierten sobre menores de edad. Niños que como el Niño Jesús, nacieron dónde pudieron y viajaron donde la necesidad les obligó o les llevó.

Más allá de la complejidad de las cuestiones que planteo y de las posibles soluciones integrales, que seguro las hay mejores que las actuales, creo humildemente que debemos comprender que la Navidad se repite cada día. A veces en una patera, otras en un Centro de Menores, siempre en cada persona que sufre, sea blanco o negro, rico o pobre, cristiano o musulmán…  en esa oportunidad que se nos brinda de arrojar luz sobre sus problemas. Y desde luego, con palabras y mensajes de odio y desprecio, no se construye un mundo mejor.

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