El 13 de junio de 2018 trasladaba en este mismo foro mi preocupación por el destino final del Convento de Santa Úrsula, en el barrio de la Magdalena de nuestra ciudad. Fue por aquellas fechas que se anunció que ese enorme edificio había sido adquirido por un supuesto nuevo propietario, si bien, se desconocía el uso final al que se iba a destinar. Lleva en torno a una década cerrado, sin utilidad alguna y deshabitado, dado que las Madres Agustinas Recoletas se mudaron a otro convento fuera de Jaén.
Ocho meses después de aquel artículo, seguimos boquiabiertos y pasmados, sumidos en un escandaloso silencio sobre dicho convento que, como decía, preocupa a no pocos colectivos vecinales y culturales, amén de a mucha gente de a pie que se pregunta qué va a ocurrir con este lugar. El Convento de Santa Úrsula, ante una elocuente falta de noticias en cuanto al posible destino del mismo, da la impresión de no tener todavía nada claro para su futuro.
Se fundó a mitad del siglo XVI con el título de la Penitencia “para el recogimiento de mujeres de las que andan por el mundo ofendiendo a Dios Nuestro Señor”, tal y como dice su escritura fundacional. Fue así que bajo el obispado de Diego Tavera, se instituyó una cofradía para ocuparse de atender a mujeres en un Colegio o Casa de Probación que se edificó junto a dicho convento con los bienes de Alonso de Mires. Sería esta Fundación, según el Catálogo Monumental de la Ciudad de Jaén, el modelo que seguirían después los conventos de Jesús y María, de Alcaudete, el de Santa Ana, en Jaén, y el de la Magdalena, en Baeza.
Según el Catálogo Monumental de Jaén cuenta con el patio de entrada (compás), y otros, como un patio posterior, con un jardín, en el que también se conservaban columnas y sillares muy antiguos e, incluso, una cava o sala semi-subterránea con bóveda de ladrillo. Fue incluso cárcel en la Guerra Civil española. Es un rincón singular de la historia local y además, un edificio bello e incardinado en la trama urbana de nuestro Conjunto Histórico.
Un bello e imponente inmueble, valioso ejemplo de arquitectura conventual giennense que, además, encierra en su solar unos valores inmateriales más que manifiestos, gracias a su dilatada historia.
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