El 27 de enero de cada año es el “Día Oficial de la Memoria del Holocausto y la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad” en nuestro país, secundando así la declaración de Naciones Unidas para esa fecha como Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. En Jaén, además, este día también es oficial a nivel municipal, por lo que nuestro Ayuntamiento, todos los años, realiza un acto institucional en colaboración con diferentes asociaciones. En el mismo recordamos a las víctimas del Holocausto. El pueblo judío utiliza el término “Shoá”, que viene a significar algo así como “catástrofe”, dadas las dimensiones del daño que la misma tuvo entre ellos (en torno a seis millones de asesinados). Leyendo el artículo “Auschwitz, mártires sin tumbas” (Diario “La Nación”, de Buenos Aires), de mi amigo Mario Eduardo Cohen, me ha calado una cita de Georges Bensoussan, manifestando que, en dicho campo de exterminio, “se fabricaban cadáveres”, que eran sistemáticamente eliminados. “Aquí ya no queda nada, ninguna huella: la propia muerte ha sido destruida...”. Hay que recordar, una y otra vez, que el Holocausto significó la matanza de millones de personas de forma industrializada, de forma eficiente y sistemática. La dimensión del horror es difícil digerirla o entenderla si no nos detenemos a reflexionar sobre lo que realmente significa, tanto en número de víctimas como en el quienes, porqué y cómo. El acto oficial fue el 28 de enero. Jaén recordó de nuevo este lamentable episodio histórico, con presencia del Alcalde, concejales del equipo de gobierno y de la oposición, representantes de la Junta de Andalucía, de asociaciones y de un numeroso público interesado. La lectura del texto de Roberto Santos “Brazda, el último superviviente de los “Triángulos Rosa” en los campos de concentración nazis”, por parte de Maria Carmen de la Torre, que con su melódica voz fue capaz de trasladarnos el sufrimiento y desazón de Brazda, acompañado del emotivo y ya tradicional encendido de velas en recuerdo de las víctimas. Finalizó con la intervención del Alcalde, Javier Márquez que, sabiamente, instó a que todos, desde nuestro ámbito más cercano, seamos capaces de frenar rumores, falacias y populismos que, en los últimos tiempos, estamos viendo cómo se difunden gracias a las nuevas tecnologías. Hemos de ser barrera que frene el odio. Un odio que comienza con el apocado sonido de un leve rumor que, con el tiempo, se puede transformar en una atronadora e injusta acusación contra todo un pueblo o colectivo. Hemos de ser críticos con lo que escuchamos o leemos y participar activamente, en nuestro ámbito doméstico, laboral, etc., como barreras contra el odio y la mentira. El éxito del Mal está en la indiferencia de los buenos. Por favor, tengamos cuidado.
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