A las puertas de un nuevo curso escolar, la Junta de Andalucía firmaba un pacto esta semana que supondrá la implementación de más de 35 millones de euros en refuerzos docentes extraordinarios para los centros concertados. Una noticia que contrasta drásticamente si se consulta el volumen de líneas que perderán los centros públicos este año. Tan solo en la provincia de Cádiz serán doce las líneas que desaparecen en las etapas de Infantil y Primaria.
Son significativos los casos de dos grandes ciudades como Cádiz y Jerez, que este año pierden cuatro unidades cada una. Pero esta sangría no hace sino continuar, ya que el curso pasado, sin ir más lejos, se perdieron 20 unidades (19 de ellas en la pública y solo una en la privada concertada).
En este contexto, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha presentado este martes el informe 'Panorama de la educación en la Bahía de Cádiz' en el que se realiza un estudio de la situación actual. Los datos no son nada positivos. La entidad señala que “nunca en la historia de la democracia se ha dado un recorte tan importante en líneas escolares de la escuela pública”.
Y es que desde el ejecutivo andaluz alegan el descenso de natalidad para llevar a cabo estos recortes, pero llama la atención que esto solo perjudique a la pública mientras la privada y la concertada se mantienen “blindadas” y además “se siguen ampliando y renovando conciertos”.
En el curso 2019/2020 se suprimieron 413 líneas en Andalucía, siendo Cádiz una de las provincias más afectada, concretamente las ciudades de la Bahía. Resaltan que aproximadamente el 82% del alumnado con dificultades de aprendizaje y el alumnado migrante está matriculado en la escuela pública, lo que demuestra la poca sensibilidad de la patronal de la escuela privada y privada-concertada.
El informe no sólo se centra en la cantidad de unidades perdidas y la evolución de este retroceso a lo largo de los últimos cursos, sino que también pone el foco en otros parámetros que afectan a la calidad del sistema educativo. “En cuanto al nivel de estudios en la Bahía el panorama es desolador”, alerta Mamen Belizón, miembro de APDHA-Cádiz. “Aproximadamente la mitad de la población de esta zona tan solo tiene estudios hasta el nivel secundario, un dato muy inferior a las medias andaluzas y españolas”.
En la población de la Bahía existe además un alto grado de abandono escolar temprano y estudios secundarios sin finalizar –concretamente un 38,5% –, siendo este porcentaje también superior a la media andaluza, estatal e incluso europea. Unos bajos niveles que también se dan en los estudios universitarios, donde tan solo el 13,4% de la población de la Bahía los tiene frente al 25% de Andalucía.
Lamentan también que se nieguen oportunidades laborales con la escasa oferta de plazas públicas de FP. “Nosotros pensamos que una inversión en estos estudios podría abrir una importante ventana de oportunidades para el resurgir industrial de nuestra Bahía”, señala Belizón.
Otro de los datos recogidos por la entidad refleja el impacto de la pandemia. Y es que durante el confinamiento la desigualdad social afectó a la educación de una gran parte del alumnado, ya que “la brecha digital, la pobreza y la precariedad en las condiciones de vida de las familias más desfavorecidas han hecho evidente que la educación digital no puede ser de ninguna manera igualitaria y el resultado ha sido que la segregación escolar ya existente se ha consolidado y ampliado”.
“Es necesario implementar políticas educativas compensatorias como profesorado de apoyo, grupos de alumnado reducido, personal especializado, dotar de comedores y equipamientos escolares en aquellos contextos sociales donde se necesite y además denuncian la necesidad de mantener los puestos de trabajo creados durante la pandemia”.
Finalizan recordando que la educación es un derecho básico del ser humano, "no un negocio, por lo que hay que apostar firmemente por una escuela pública, igualitaria, participativa, plural, laica y de calidad".
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