Una feminista en la cocina

El tamaño sí importa

El tamaño de la estupidez, de la rabia aciaga, del racismo más bestial sí importa

Publicado: 22/06/2021 ·
18:42
· Actualizado: 23/06/2021 · 17:48
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Autor

Ana Isabel Espinosa

Ana Isabel Espinosa es escritora y columnista. Premio Unicaja de Periodismo. Premio Barcarola de Relato, de Novela Baltasar Porcel.

Una feminista en la cocina

La autora se define a sí misma en su espacio:

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En mi adolescencia, a una amiga le partió un poster su padre por llevar esta frase en la cabecera. Nunca he entendido qué tiene de malo ser diferente.  Y en cambio, a Younes le mataron por creerlo diferente, no por serlo. Estaba integrado en Mazarrón, tenía pareja y un hijo de diez años que ha quedado huérfano porque un pistolero pensó que había demasiados “moros” cerca de él. El tamaño de la estupidez, de la rabia aciaga, del racismo más bestial sí importa porque conlleva la muerte de inocentes.                       

Fátima, la amiga de mi hija, ve desde su adolescencia intercultural cómo a veces debe explicar que nació aquí, que está integrada y que es una maravillosa persona solo pensando en estudiar y respetar a su familia. Es difícil asentarse entre esas dos culturas que en Al Andalus fueron de la mano dando prosperidad a una civilización que dejó logros científicos y artísticos que llegan hasta nuestros días. Hoy es diferente… las radicalizaciones, las inmigraciones a las bravas y las miras obstruidas de algunos hacen tanto daño como los balazos en pleno pecho cuando estás tomando el té a la puesta del sol, con tu pareja.   

Llegada de los inmigrantes.

Le descerrajaron tres tiros a Younes porque el tamaño del cerebro del primitivo que lo asesinó no daba para ver más allá de razas, tópicos y odios rezumados. La camarera que atiende esa misma terraza poniendo tés morunos y cervezas patrias es madre de un adolescente argelino que llegó en patera, al que adoptó porque también tenemos gente que merece la pena y a los sí les importa el tamaño de la esperanza. Esos niños que llegan de la miseria, la pobreza o la desolación serán hombres del mañana. Como sean solo será cosa nuestra. Nadie nace amargado, ladrón o sinvergüenza. Nadie lo hace por un condicionante racial o estético. Nadie es asesino porque una determinada característica racial te llame al magnicidio. Tampoco hay radicalidad si existe una integración con raíces en la comunidad que se hace propia. Los lobos solitarios son eso…Solitarios desalmados que no piensan más que en el mas allá, porque en el de aquí no creen que haya un sitio para ellos. Contra esos ya están las Fuerzas de Seguridad. Para integrar a los otros, la sociedad entera. Los que hayan disfrutado con el pistolero, esos que algunas veces mandan memes de “moros fuera” o de pateras hundidas a cañonazos o de otras cosas peores…los compadezco. Todos tenemos sangre diversa en las venas y muchos tenemos hijos que mezclarán su sangre con otras sangres,  porque esa es la evolución lógica de la especie más diversa. Pero reconozco que el tamaño de las ideas va en ella. De los pacíficos nunca se hablará porque los callan los vaciadores de escopeta.

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