Jeremías Conan Ledesma es un hombre feliz. Aterrizó en la tacita de plata en verano y desde su llegada ha sido el portero titular en liga, mientras que David Gil espera su oportunidad desde el banquillo.
Debutó en la cuarta jornada del campeonato en San Mamés, ante el Athletic Club, y a pesar de que su equipo jugara media hora con hasta dos futbolistas menos, dejó su portería a cero.
En una entrevista con los medios oficiales de LaLiga hace balance desde su llegada a Cádiz. Fue un inicio complicado debido a que "Al tercer día que llego me dicen que tengo el coronavirus y eso fue muy duro para mí porque pasarse diecisiete días encerrado tras venir de otro país en la habitación de un hotel, que aunque tuviese todas las comodidades, se hizo un poco difícil porque estaba lejos de mi familia".
Habla de una fuerte unión dentro del vestuario. "Tenemos un vestuario muy unido, muy jodón, hay mucha risa, mucho compañerismo y a la hora de trabajar se trabaja, que eso es lo importante. Hay que saber diferenciar los momentos en los que se puede bromear y en cuáles no".
Cuenta entre risas el motivo por el que es portero. "Desde pequeño me gustó siempre el arco, desde chiquito jugaba con mi hermano, que es siete años más grande que yo, y la verdad es que nunca tuve miedo. Me di cuenta de ello y me decidí por el arco porque con los pies no me daba para más", aunque sostiene que "Amo ser arquero. Siempre digo que el arquero nace para serlo".
Ledesma tiene claro el objetivo de la temporada y no es otro que "sostener la categoría y, a partir de ahí, hacer lo más feliz posible a la gente".
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