Para el rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Piniella, el recorte aprobado por la Junta de Andalucía de 135 millones en universidad “no es un nuevo hachazo a la universidad, sino la continuación de una serie de reducciones que está realizando la Junta en los últimos años”. Así lo ha expresado en una entrevista realizada por el compañero Fernando Santiago en su programa Cuaderno de Bitácora, que se emitirá íntegramente este viernes por la noche en 7Tv Andalucía.
“Creo que una de las cosas que más nos ha dolido es que no se nos ha consultado, sino que directamente se ha aprobado en Consejo de Gobierno ese recorte. Además, se trata de un recorte que leva consigo una filosofía que desde nuestro punto de vista es errónea; es volver a la inversión del ladrillo en vez de la inversión del conocimiento, el valor añadido, la investigación, innovación…” apunta el rector. Añade que “también es un poco contradictorio. En el acto del 40 aniversario de la UCA el consejero dijo aquello de que las universidades no estaban para rehabilitar las ciudades, pero ahora nos dice a todas las universidades que nos gastemos 126 millones en infraestructura”.
Y es que esta reducción del presupuesto afectaría directamente en la liquidez de la propio universidad. “El problema es que durante los últimos dos años nos han pedido que saquemos los remanentes para pagar gastos corrientes. Remanentes que sirven habitualmente para tesorería, por ejemplo, cuando tenemos que cobrar algo por parte de la Junta y tarda en pagar, pues se tiene la posibilidad de tirar de ese fondo y luego se devuelve. Si se va recortando llegará un momento en el que no tendremos esa liquidez. Y por supuesto la posibilidad de inversión en infraestructuras también se pierde”.
Esto, en una universidad como la de Cádiz que dispone además de cuatro campus diferenciados, se va a notar mucho más, ya que esta división requiere de más inversión. De igual manera, el recorte “va a mermar la capacidad de investigación de todas las universidades”, a juicio de Piniella.
En cuanto a la nueva PEBAU (antigua selectividad), el rector reconoce que está siendo “complicado” por el hecho de mantener los dos metros de distancia social para los 7.000 alumnos que se presentan en la provincia. “Además que de una administración se tira la pelota a otra y no terminan de quedar claras las normas. Supone reducir el aforo a un 15%, lo que conlleva que se necesite un mayor número de profesores que vigilen en los exámenes. Es un querer y no poder”, señala.
Respecto al próximo curso, “todo indica que no será presencial al 100%”. Por el momento, la UCA está transmitiendo a la comunidad educativa planes de contingencia para estar preparados para tres escenarios posibles: uno presencial, otro online y un tercero de carácter semi presencial. “No todos los grados son iguales ni requieren las mismas cosas, por ello cada centro tendrá que adaptarse a las medidas de forma diferente. Aunque algunas universidades ya han decidido el escenario en el que se moverá, yo creo que debemos esperar, aunque tengamos previstos los tres”.
Y es que la experiencia de la evaluación a distancia con la llegada del estado de alarma tampoco ha sido fácil. “Creo que mayoritariamente hemos salido adelante; pero eso no quiere decir que haya habido situaciones puntuales. Aunque es cierto que en este tiempo se han recibido felicitaciones a los profesores por la labor desarrollada, también ha habido protestas tanto por parte de alumnos como de profesores. Pero la media general es que ha salido el curso adelante”.
Finalmente, a la pregunta de si debemos olvidarnos del proyecto de Valcárcel, el rector ha sido tajante: “Espero no olvidarme, y sobre todo que los gaditanos no se olviden”. A este respecto ha apuntado que “si se hiciera un plan plurianual en condiciones podría perfectamente encajar la remodelación de Valcárcel con ese plan de inversiones de la Junta de Andalucía. Eso tendría que ser una decisión política, pero en esta última jugada de la Junta no lo veo posible”.
