Varios empleados del Parador de Cádiz, entre ellos su chef, Antonio Moya, han abierto hoy la cocina de este hotel para preparar menús que serán distribuidos entre personas con necesidades de la ciudad, convirtiéndose así en voluntarios de la lucha contra la emergencia social provocada por la pandemia del coronavirus.
De forma altruista, estos trabajadores preven preparar hasta 450 menús a la semana con el remanente que quedó en sus cámaras congeladoras y en sus almacenes y el apoyo de otra empresa, El Corte Inglés de Cádiz, que suministra productos perecederos como la fruta y la verdura, según ha explicado hoy, Eduardo Oriola, director del Parador de Cádiz.
El chef Antonio Moya ha explicado que con esta acción los trabajadores quieren poner su "granito de arena" para ayudar a las familias con necesidades, para las que cocinarán con la misma calidad y esmero con las que lo hacen para los clientes del hotel, cerrado desde la declaración del estado de alarma.
"Cambia el emplatado", explica el chef. Y es que sus menús, integrados por un primer plato a base de ensaladas de todo tipo, cremas frías o calientes, un plato principal de guiso o potaje de legumbres y una pieza de fruta de postre, son repartidos en envases de plástico.
Voluntarios de Cruz Roja son los que luego los llevan a sus destinatarios en la ciudad.
Con esta acción se suman a la iniciativa nacional "Plan Cruz Roja RESPONDE" frente al COVID-19 que la institución humanitaria ha puesto en marcha para ayudar a las personas que se encuentren en situaciones de vulnerabilidad
Rosario García Palacios, presidenta Cruz Roja Cádiz, ha agradecido al Parador de Cádiz y a la empresa colaboradora esta iniciativa para ayudar a familias vulnerables que están sufriendo especialmente la emergencia social que ha provocado la pandemia del coronavirus.
La pandemia ha hecho que sólo en la provincia de Cádiz, la Cruz Roja haya duplicado su atención habitual hasta llegar a 3.600 personas entre familias sin recursos, ancianos solos o desempleados.
No es la primera acción solidaria que emprende la empresa pública Paradores Nacionales desde que comenzó la crisis sanitaria del COVID 19 y se decretó el estado de alarma, que obligó al cierre de todos sus establecimientos.
Todos ellos están a disposición de las autoridades sanitarias para ser utilizados como centros hospitalarios en caso de necesidad.
Paradores ha donado ya además más de 10 toneladas de alimentos del excedente de comida consecuencia del cierre de sus establecimientos a entidades sociales locales como Cáritas, Cruz Roja o Bancos de Alimentos, así como residencias de ancianos y comedores sociales.
Paradores de Turismo también envió 300.000 artículos de aseo personal (como jabones, champú, gel, set dental y de afeitado, esponjas y peines) al hospital de campaña instalado en el recinto ferial de IFEMA (Madrid) para uso de las personas ingresadas y el personal sanitario.
La cadena hotelera pública donó a hospitales y centros de salud de toda España los materiales que tenía en sus establecimientos y que podían ser utilizados para atención médica como más de 100.000 guantes de nitrilo y varios centenares de batas y mascarillas.
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